Cordobeses en el centro de la ola de incendios de Los Ángeles: “He dormido con las maletas en la puerta”
Los efectos de la ola de incendios más catastrófica que ha vivido la ciudad de Los Ángeles, en Estados Unidos, también se notan en Córdoba. No son pocos los cordobeses que viven en la enorme urbe del estado de California, en su mayoría vinculados a la industria de Hollywood.
Un sector que está totalmente paralizado ante el nivel catastrófico que ha alcanzado esta oleada de fuegos, que han dejado tras de sí una enorme estela de destrucción y ya se han cobrado una decena de vidas, según los últimos informes.
También han arrasado centenares de viviendas. Algunas se han salvado por los pelos de acabar consumidas por las llamas. Es el caso del hogar del cineasta y guionista Pablo Gómez Castro, que permanece en la ciudad californiana enfrentando la devastación en primera persona; y también del cineasta Francisco Javier Gutiérrez, quien afortunadamente sigue la crisis desde España pero con su casa ubicada en una zona que ha sido devastada por los incendios.
“Con las maletas en la puerta”
Pablo Gómez Castro, residente en Los Ángeles desde 2009, desde donde trabaja en la productora L.A. Panda, ve el fuego desde la ventana de su casa. Lo cuenta en un audio facilitado a este periódico, y que da cuenta de la magnitud que ha alcanzado este episodio de incendios en un estado que está más que acostumbrado a ello.
“Ayer fue un día de locos”, confiesa en referencia al pasado jueves. En el audio, Gómez Castro cuenta cómo la cercanía de las llamas lo obligó a preparar su hogar para una posible evacuación inmediata.
“A las seis de la tarde nos dijeron que nos preparáramos, así que hicimos las maletas y dormimos con ellas en la puerta por si había que irse”, relata el guionista, que cuenta cómo afortunadamente, no ha tenido que abandonar su hogar por el momento. Y es que, aunque el fuego en su zona ha sido controlado, la amenaza persiste. “Siguen activos tres incendios grandes, y amigos míos han tenido que evacuar. Todo es un caos”, explica.
“Ya no queda barrio, está todo quemado”
La casa de Francisco Javier Gutiérrez, director de La espera, es, según le han dicho, una de las pocas que ha quedado en pie en una zona que ha quedado “totalmente desolada”. “Parece que he tenido suerte y que mi casa está bien, ¿sabes? Pero ya no queda barrio, todo está quemado”, relata con preocupación desde Córdoba, desde donde está viviendo estos incendios.
Para el director están siendo días agridulces. Y es que la virulencia de las llamas apenas le ha dejado disfrutar del hito que ha supuesto que su última película, La espera, se haya colado entre las películas elegibles para los próximos Oscar, unos galardones que también se han visto afectados por la oleada de incendios y han retrasado el tradicional anuncio de las nominaciones.
Para Gutiérrez, además, lo que más inquietante es la violencia y el caos que ha traído consigo la crisis: “Ahora está la Guardia Nacional y hay toque de queda porque están robando casas. Es muy fuerte lo que ocurre en Estados Unidos”, comenta el cineasta, que remarca que ya empiezan a aparecer informaciones que apuntan a que los incendios podrían haber sido provocados.
Caos y descontrol
“Allí siempre tenemos incendios, pero lo de este año es diferente”, reflexiona este profesional, que lleva viviendo entre Los Ángeles y Córdoba varios años, desde que dirigió allí la película Rings, y que tiene muchísimos amigos cuya vida está en vilo por estos incendios.
En este sentido, apunta que bastantes conocidos han sido desalojados y muchos ya han perdido sus casas. “Ha sido algo masivo. Cuando pueda volver, espero encontrar algo en pie, porque ahora mismo todo es un descontrol”, reconoce.
En la misma línea, Gómez Castro relataba el impacto en su entorno cercano. “Mucha gente del colegio de mis hijos ha perdido sus casas. Es horrible, se han quedado sin nada. Ayer, mientras hablábamos por Instagram, muchos amigos me contaban cómo sus casas en Altadena habían sido arrasadas. Es una situación completamente caótica”, lamentaba el guionista desde el epicentro de la peor oleada de incendios que ha vivido Los Ángeles.
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