Córdoba concluye su mejor año hidrológico de los últimos años

Este 30 de septiembre concluyó el año hidrológico. Los pluviómetros se ponen a cero este uno de octubre, con la vista puesta en un otoño que, como cada año, se espera húmedo (aunque las previsiones, de momento, no acompañen). La provincia de Córdoba llega al final de este año hidrológico con tranquilidad. Los embalses tienen prácticamente el doble de agua que hace justo un año y casi tres veces más agua que hace dos. La reserva es también superior a la media de los últimos diez años.

Según los datos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), los embalses de la provincia de Córdoba acumulan 1.405 hectómetros cúbicos de agua a 30 de septiembre. Hace un año eran 850 hectómetros cúbicos. La media de los últimos diez años es de 1.070 hectómetros cúbicos.

La provincia aleja así el fantasma de la sequía, que aterrorizó a agricultores, ganaderos y vecinos hace un par de años. El propio presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, llegó a prever planes de abastecimiento extraordinario a grandes ciudades como Málaga a través de barcos. Pero no hizo falta. Las dos últimas primaveras han ayudado a que los embalses se recuperen, aunque no de una manera definitiva. Especialmente importantes fueron las lluvias de la pasada primavera, que provocó hasta una crecida del río Guadalquivir por los desembalses. Pero aún hay grandes embalses por llenar, como Iznájar o La Breña II. Y la situación en la zona alta de la cuenca, en la provincia de Jaén, no es óptima.

No obstante, la cantidad de agua embalsada en Córdoba hace que el suministro a las ciudades esté garantizado para los próximos tres años, como poco. Como siempre, quien no tiene el agua garantizada son los agricultores, que este verano han podido regar de una manera prácticamente normal.

El regadío, principal consumidor

En la provincia, el máximo de agua embalsada de este año hidrológico se dio en el mes de mayo, cuando se alcanzaron los 2.032 hectómetros cúbicos. Desde entonces, de los embalses han salido algo más de 600 hectómetros. La gran mayoría ha ido para el regadío, tanto el de la zona Genil-Cabra como el del Valle del Guadalquivir.

Ahora, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir tendrá que volver a convocar a su comisión de desembalse y estudiar si hay propuestas de los agricultores para algún riego extraordinario de otoño. Es el caso de los frutales y de algunos olivares. No obstante, las últimas lluvias parecen haber calmado un poco la situación.

A final del año hidrológico, la mayor reserva de agua de la provincia de Córdoba está en el embalse de La Breña II. En total, este pantano retiene 290 hectómetros cúbicos de agua. Eso sí, está muy lejos de estar lleno. Ahora mismo está al 35% de su capacidad. La siguiente gran reserva de agua es Bembézar, con 266 hectómetros cúbicos y a más del 80% de su capacidad. Y la tercera, Puente Nuevo, que también supera los 200 hectómetros cúbicos de agua y está por encima del 70% de su capacidad.

Estos tres embalses tienen más agua que el pantano más grande de Andalucía, Iznájar. Aquí se retienen 181 hectómetros cúbicos de agua. El embalse no está ni al 20% de su capacidad, por lo que en esta zona la llegada de nuevas lluvias se hace muy necesaria. Aparte, más de 120 hectómetros tiene el Yeguas y más de 100 el Guadalmellato, el embalse que da de beber a Córdoba capital. Durante el verano, el Guadalmellato ha ido aportando agua a San Rafael de Navallana, que ha bajado su nivel al 39%. De Navallana sale el agua para el regadío del canal del Guadalmellato, que ha ido a tope durante el estío.

Por otra parte, en Sierra Boyera hay casi 31 hectómetros cúbicos de agua y su capacidad está al 78%. Este embalse se secó hace dos años y provocó que los vecinos de la zona norte de Córdoba tuviesen que suministrarse de La Colada. La contaminación del agua de La Colada provocó que la Junta declarase su consumo como no apto, lo que causó una enorme crisis en una zona en la que viven 80.000 personas.