En busca y captura Satureja, la lince de color blanco cuya pigmentación es un misterio
Satureja nació en un olivar de Villa del Río, en la provincia de Córdoba. Sus padres son Illo e Illa. Y recibió su nombre de un agente del programa Life Lynx Connect (financiado con fondos europeos) por una planta de tomillo que crece entre los pueblos de Posadas y Almodóvar del Río, también en Córdoba.
Satureja nació bien. Su pelaje era el de un cachorro de lince normal y corriente. Cuando se hizo adolescente abandonó la camada, el calor de sus padres y emigró a la sierra de Alcaudete, en la provincia de Jaén, a través de extensos olivares y persiguiendo conejos. Pero cuando se ha hecho adulta, Satureja se ha convertido en uno de los animales más famosos de España. Su pelo, que debía ser tostado, es ahora blanco. Eso sí, conserva sus manchas negras.
Esta hembra se ha hecho famosa en toda España gracias a Ángel Hidalgo, un fotógrafo aficionado de Alcaudete. El propio Hidalgo ha relatado cómo dispone de cámaras de fototrampeo por la sierra de Alcaudete. En un post que ha titulado “el fantasma blanco del bosque mediterráneo”, Hidalgo cuenta que “hace meses” vio en una de esas cámaras algo que no parecía estar bien. Durante todo este tiempo, en sus paseos por la sierra, persiguió al fantasma. Hasta que lo encontró.
En octubre, este joven de 29 años se topó con Satureja. Apenas tuvo un minuto y medio. Tiempo suficiente para tirarle unas cuantas fotos y grabar un pequeño vídeo. Las fotos han dado la vuelta a España e incluso a la comunidad científica mundial: una hembra de lince blanco, aparentemente sana. Su físico, imponente. Sus ojos, penetrantes. Y su apetito y ganas de cazar conejos, intactos.
Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente han confirmado a este periódico que los agentes están tratando de encontrar a Satureja, que no dispone de radiotransmisor, pero sí que está plenamente identificada. El objetivo es capturarla viva y entender qué le pasa, cómo ese pelo pajizo o anaranjado es ahora blanco. De momento, todo lo que saben los responsables del programa Life Lynx Connect es lo que han podido ver en el vídeo y las fotos de Hidalgo. Y las causas son un misterio.
Lo que parecen tener claro los ambientólogos es que la hembra no está enferma, que su color blanco no se corresponde con ninguna patología. Y que probablemente se deba a un problema genético o quizás a que ha podido estar expuesta a algún tipo de contaminante. Pero nada concluyente hasta que Satureja no sea capturada y analizada.
Desde la Consejería de Medio Ambiente se insiste en que se trata de un caso único. Sin embargo, y según ha podido saber este periódico, Satureja tiene un pariente que actualmente vive en el parque natural de Cardeña-Montoro, en la provincia de Córdoba, al que se le detectó también un pelaje blanco que se acabó oscureciendo con el paso del tiempo. La Consejería insiste en que ahora mismo solo hay constancia del caso de Satureja. Pero otras fuentes consultadas por este periódico insisten en este segundo caso.
Así, sostienen que también se trata de una hembra, que acabó con un pelaje similar al de Satureja y que al cabo de los meses volvió a ser tostada. Los motivos, igualmente, son desconocidos. Aunque se inclinan por una cuestión genética. En los dos casos, sostienen las fuentes, el pelaje se fue “aclarando” poco a poco. Y también de manera progresiva, en el caso de Cardeña-Montoro, el animal fue recuperando su color original.
A pesar de que el caso de la lince albina se ha hecho viral, ni la Junta de Andalucía ni el programa Life Lynx Connect se han pronunciado oficialmente. Muchos veterinarios y expertos se inclinan por dejar al animal y temen, incluso, que la pérdida de color pueda tener que ver con el estrés, por lo que recomiendan no capturarlo. Mientras tanto, un fantasma y un misterio seguirán recorriendo la sierra de Alcaudete, un lugar al que ha vuelto un animal que estuvo muy cerca de extinguirse y al que han salvado las políticas ambientalistas.
Un segundo encuentro con Satureja
Ángel Hidalgo ha tenido un segundo encuentro con Satureja, que puede acabar con el misterio. El fotógrafo de Alcaudete ha asegurado en declaraciones a La Contra de Jaén que se volvió a topar con el felino “hace unos días”, que lo fotografió y que ya no es tan blanco como antes.
De hecho, el animal estaría recuperando poco a poco su pelaje original, por lo que se descartaría cualquier tipo de enfermedad y se apostaría más por lo que ya le ocurrió a su parienta montoreña: una situación de estrés o una exposición a algún contaminante que la ha convirtido por un tiempo en un “fantasma” del bosque mediterráneo.
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