El agua de Iznájar que espera en Sierra Nevada: 20 hectómetros en forma de nieve

Iznájar es un embalse que también se llena cuando hace calor. Y lo hace gracias al deshielo de Sierra Nevada. La gran cordillera andaluza tiene un 28% de superficie en la cuenca hidrográfica del Guadalquivir, a través de su principal afluente, el río Genil, que nace precisamente en Sierra Nevada. Antes de desembocar en Palma del Río, sobre el Genil está construido el mayor embalse de Andalucía, Iznájar, con una capacidad de 920 hectómetros cúbicos de agua.
El embalse de Iznájar se construyó para aprovechar la enorme cuenca del Genil en la Vega de Granada y las aportaciones de agua desde Sierra Nevada. El objetivo era disponer de un enorme pantano que abasteciese de agua potable a todos los municipios del sur de la provincia de Córdoba y, principalmente, el regadío entre Iznájar y Palma del Río, con especial incidencia en el entorno de Écija, Santaella y Puente Genil.
Las dimensiones de Iznájar son enormes y su capacidad, gigante. Por eso son necesarias varias temporadas de lluvia para poder llenarlo. Ahora mismo, en Iznájar hay 280 hectómetros cúbicos de agua, para una capacidad de 920 hectómetros cúbicos. Es decir, el embalse está al 30,5% de su capacidad. Pero el deshielo comienza ya a notarse en Iznájar, además de las aportaciones de las lluvias de finales de Semana Santa, que han sido más intensas en esta zona de Andalucía.
Mientras llega el calor, en Sierra Nevada aguardan unos 20 hectómetros cúbicos de agua en forma de nieve, según el último parte de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, que elabora semanalmente a través del modelo hidrológico Aster.
Este modelo considera que la reserva nival de este año es “muy alta”. En total, se calcula que hay 63,6 kilómetros cuadrados de la cuenca con nieve, de un total con posibilidades de 176,5 kilómetros cuadrados, según este mismo modelo.
Este es solo el 28% de la superficie de Sierra Nevada. El resto se aporta a Almería y la zona Sur de Granada, controlada ya por la red Hidrosur, que gestiona todos los embalses de la zona. En total, el último informe señalaba que podía haber algo menos de 70 hectómetros cúbicos de agua en forma de nieve en este lado de Sierra Nevada. Esa nieve, cuando se derrita, servirá para hacer crecer los ríos y arroyos de esa zona, especialmente de las Alpujarras, y hacer aportaciones extraordinarias a los regadíos de verano.
Este año ha sido excepcional en Sierra Nevada. Ya ocurrió en la pasada campaña, gracias a las lluvias de primavera, que también dejaron grandes acumulados de agua en forma de nieve. Y que contrastan mucho con el promedio de los últimos diez años. A estas alturas del año, la reserva de nieve en la zona era de unos 10 hectómetros cúbicos. La mayor parte de la nieve se habrá descongelado a mediados o finales del mes de junio. Entonces, tras un recorrido a través del río Genil, habrá llegado a Iznájar, aunque no de forma íntegra, ya que habrá mucha agua que se quedará por el camino.
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