Rocío, desalojada del Pleno, ya no tiene casa
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FOTO Y VIDEO: MADERO CUBERO
El Ayuntamiento ofrece plaza en el Centro de Transeúntes de Campo Madre de Dios a la familia, en la calle por el impago del alquiler; los desahuciados pasan la noche con una familia de acogida
Rocío Flores, que ayer fue desalojada al interrumpir el Debate sobre el Estado de la Ciudad, ya no tiene casa. Desde esta mañana al mediodía, Flores, su marido y sus dos hijos, de tres años y diez meses, no tienen techo. Como estaba previsto, funcionarios judiciales llegaron a la calle Sebastián de Belalcázar, entraron en la casa, certificaron que estaba vacía, pusieron un candado y se marcharon. La familia de Rocío había sacado las pocas cosas que poseen un rato antes, la habían metido en un coche y no les quedaba más consuelo que el de echarse a llorar.
La historia de Rocío se ha hecho muy mediática después de su intervención y posterior desalojo durante el Debate sobre el Estado de la Ciudad de ayer. A mitad del discurso del alcalde, José Antonio Nieto, la mujer se puso en pie y comenzó a gritar que al día siguiente y que nadie le hacía caso. “¿Cuál va a ser mi futuro, señor alcalde?”, gritaba, a la vez que era desalojada por dos policías locales, cumpliendo órdenes del presidente del Pleno, Luis Martín.
Poco después, por la tarde, Rocío recibió la llamada del Ayuntamiento. Le ofrecían plaza en el Centro de Transeúntes de Campo Madre de Dios mientras se resolvía su solicitud para acceder a una vivienda social. Rocío compite, junto a otras 37 familias más, por acceder a una vivienda social de Vimcorsa, según consta en la documentación que el Ayuntamiento le ha remitido y que ha podido ser consultada por este periódico. Esta única vivienda será adjudicada en un acto público el próximo 4 de octubre. Por eso, el Consistorio le ofrece plaza en el Centro de Transeúntes, mientras se resuelve esta situación.
Pero Rocío aún no tiene claro si irá al Centro de Transeúntes. Hoy era el primer día para ir y no lo ha hecho. Tenía de plazo hasta las 12.30 del mediodía para entrar, sino se quedaría sin sitio. No le ha dado tiempo, entre su desahucio y los trámites. Por eso, esta noche la pasa en casa de una familia de acogida, que ha acudido a prestarle apoyo. A partir de ahora, Rocío tampoco sabe si se irá al Centro de Transeúntes, un lugar que considera poco adecuado para sus dos hijos, de diez meses y tres años y con problemas respiratorios por las humedades de la casa en la que hasta ahora vivían, y que no han podido pagar. Ni Rocío ni su marido cobran ya prestación social alguna y se ganan la vida vendiendo ajos por la calle, algo que apenas si le reporta ingresos. Por eso, llevaban cinco meses sin pagar un alquiler de 350 euros.
Ha sido, a pesar de todo, un desahucio extraño. Primero porque no se trataba de una familia de propietarios de una vivienda que han tenido que salir de ella incapaces de hacer frente a la hipoteca. Al contrario, llevaba cinco meses sin abonar los 350 euros de alquiler que les costaba un pequeño espacio en una casa de vecinos de un dormitorio, un pequeño salón, una cocina y un baño. También porque en la puerta sólo había amigos. La plataforma Stop Desahucios, muy activa en una ciudad como Córdoba, donde ha frenado ya varios alzamientos y ha protagonizado sonoras protestas, no ha acudido.
Stop Desahucios ha justificado su ausencia en una nota de prensa en la que aclaraban que “no somos una organización de caridad, somos una plataforma ciudadana que asesora, apoya y lucha por las familias que empiezan a no poder abonar sus hipotecas o están ya en proceso de ser desahuciadas y que aborda de forma integral el derecho a la vivienda”. En el caso concreto de esta familia, Stop Desahucios Córdoba considera que “no actúan de oficio. No somos una especie de ”policía antidesahucios“. Somos gente que se organiza y lucha, nada más y nada menos” y que en su momento “ofrecimos a Rocío y Rafa ayudarles e integrarse en la plataforma, y a día de hoy seguimos haciendo el mismo ofrecimiento además de solidarizarnos con la injusticia tan enorme que se está haciendo con ellos y con tantas otras familias”.
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