La virgen que comparten dos pueblos se prepara para su coronación canónica
De esas semanas que se sabe que algo grande va a pasar. La espera y la incertidumbre aumentan con el paso de las horas. Porque este domingo 7 de diciembre va a ser una jornada especial para la Dehesa de la Jara. Los detalles van ultimándose, los vehículos suben y bajan al santuario, cofrades revisando que todo esté a punto y vecinos curiosos para ver cómo avanza la instalación de todo lo preparado. Cientos de personas serán testigos de una cita histórica al final de la presente semana: la Coronación Canónica y Pontificia de la Virgen de Luna, patrona y alcaldesa perpetua de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba.
Apenas faltan horas para el gran día. Ambos municipios viven un ambiente que mezcla devoción, expectación y un profundo sentimiento de identidad compartida. La cita, que contará con la Presidencia de Honor de los Reyes de España, se prevé multitudinaria y con una organización excepcional para garantizar seguridad y accesos en un enclave natural que ha sido, durante más de cinco siglos, punto de encuentro para los devotos de Los Pedroches.
Un territorio con memoria: cinco siglos de fe compartida
Esta coronación es algo muy especial por muchos motivos. La historia, en esta ocasión, pesa, y lo hace mucho. La devoción a la Virgen de Luna, documentada desde el siglo XV, ha marcado la vida religiosa, cultural y social de dos pueblos al que les une una fe que traspasa montañas. Tanto en Pozoblanco como en Villanueva de Córdoba se celebran cuatro romerías cada año -dos en cada municipio- en un rito que encadena generaciones y que ha sobrevivido a guerras, sequías, migraciones y cambios sociales.
Por un lado, en Villanueva de Córdoba, la cofradía de la Virgen de la Luna data desde 1604, cuando su carácter militar se identificaba como la Soldadesca de Nuestra Señora de Luna. Ahí también aparecía su bandera, tambor y oficiales, una impronta que aún pervive en los rituales, túnicas y toques de este instrumento que resuenan en las cofradías. Una estética singular que le hace especiales en la actualidad.
Tanta es esa unión entre ambos pueblos que la imagen de la Virgen de Luna se traslada entre su santuario y ambos pueblos, pasando aproximadamente medio año en Pozoblanco y el resto del año rotando entre Villanueva y la ermita.
Su patrimonio -expuesto este otoño en Córdoba capital- recuerda que esta devoción ha sido capaz de renacer incluso tras la desaparición de la imagen original en 1936. Y, sin embargo, nada ha conseguido quebrar el vínculo entre la Virgen y Los Pedroches.
Programado desde hace décadas
Esta cita no surgió fruto de la casualidad e improvisación. Desde la pasada primavera, las cofradías y los ayuntamientos de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba han trabajado codo con codo para dar forma a una coronación que se esperaba desde hace décadas. El 14 de noviembre, la Casa Real comunicaba oficialmente que los Reyes aceptaban la Presidencia de Honor del acto, un gesto que ha sido recibido como un reconocimiento a la tradición secular de la comarca.
Esa misma semana, decenas de visitantes acudían al Oratorio San Felipe Neri de Córdoba para contemplar parte del legado histórico de la Virgen: mantos, uniformes, enseres y reliquias que rara vez se exponen fuera de Los Pedroches. Y el último fin de semana de noviembre, la devoción se transformó en celebración comunitaria con un multitudinario triduo preparatorio, con jornadas dedicadas a mayores, jóvenes, niños y a las mujeres llamadas Luna. La presencia del obispo emérito, Demetrio Fernández, añadió un aire solemne a unos días que muchos describen ya como “antesala espiritual”.
Por otro lado, en el Santuario ya se encuentra la nueva corona que lucirá la Virgen este domingo. El orfebre sevillano Ramón León la ha elaborado con 2,4 kilos de plata y 65 gramos de oro donados por vecinos de ambos pueblos. Piedras como amatistas, perlas naturales y circonitas completan una pieza que, más allá del valor artístico, encarna una ofrenda colectiva.
Operativo sin precedentes en la zona
El Ayuntamiento de Pozoblanco ha destinado 30.000 euros a la logística del evento: carpa con capacidad para 2.000 personas, pantallas, megafonía, iluminación y emisión en directo. La Junta Local de Seguridad ha diseñado un plan de accesos que regulará la entrada y salida de vehículos, y marcará rutas peatonales para prevenir incidentes ante la llegada masiva de fieles. Los alcaldes Santiago Cabello e Isaac Reyes, de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba, respectivamente, han acompañado a las autoridades eclesiásticas durante los preparativos y coinciden en definir la coronación como “un acontecimiento que trasciende lo religioso y refuerza la identidad de la comarca”.
Un evento que no comenzará el mismo domingo, sino que, poco menos de 20 horas antes, el sábado, a partir de las 18:30, la explanada de la Jara vivirá uno de los momentos más emotivos de la previa: el rosario de las antorchas. Vecinos de todas las edades participarán en una ceremonia que iluminará la dehesa y que servirá como puente simbólico hacia la coronación, aunque no será hasta el último día de la semana cuando se celebre lo que los dos pueblos están esperando.
A las 12:30 dará comienzo la ceremonia de Coronación Canónica, presidida por el obispo de Córdoba, Jesús Fernández, y acompañada musicalmente por la Coral Peña Marcos Redondo de Pozoblanco y la Coral de San Miguel. Tras el acto, la imagen recorrerá en procesión la ermita, en un itinerario breve pero cargado de significado. El lunes 8, ya después de lo sucedido 24 horas antes, se celebrará una eucaristía de acción de gracias, poniendo fin a un fin de semana grabado en el pensamiento de los ciudadanos de ambos municipios.
El alcalde de Pozoblanco, Santiago Cabello, lo resumió esta semana con palabras que muchos devotos han hecho suyas. “Será una jornada inolvidable para dos ciudades hermanas, unidas por su devoción y por una historia común que hoy se engrandece”.
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