El presidente de la II República 'regresa' a su casa de Priego de Córdoba
Niceto Alcalá Zamora es una de las figuras políticas más importantes del siglo XX en España. Considerado un emblema dentro de Andalucía y valorado en su tierra natal por ser jefe de estado durante la Segunda República, Alcalá Zamora nació el 6 de julio de 1877 de Priego de Córdoba y murió en el exilio, sin poder regresar a su pueblo. Ahora, ha vuelto a la que fue su casa, aprovechando las obras de reforma de la calle Río, la vía principal de Priego de Córdoba.
En 1931, Niceto Alcalá Zamora se convirtió en el primer presidente del gobierno provisional de la II República. Cuatro meses más tarde, después de haber dimitido, fue nombrado presidente de la República. Su destitución definitiva llegaría cinco años más tarde y, antes de que empezase la Guerra Civil, logró emigrar a Francia y posteriormente a Argentina, lugar donde vivió hasta el fin de sus días. Alcalá-Zamora falleció el 18 de febrero en 1949 en Buenos Aires.
En plena Semana Santa y con motivo de la reciente finalización de la importante obra de la calle Río, una de las calles más transitadas y relevantes del pueblo, Priego de Córdoba ha decidido homenajearle, trasladando la estatua realizada por Antonio Serrano Ávila de la Plaza de la Constitución a este vial, justo enfrente de la casa que le vio crecer y que ahora es museo de su figura.
Jezabel Ramírez Soriano, delegada de Turismo en el Ayuntamiento de Priego, ha hablado de Alcalá Zamora y lo que supone para Priego. “Ha sido el político más importante de Priego de Córdoba y del que además tenemos una gran huella”. “Hemos querido que los vecinos y visitantes conozcan su historia, ya que a veces hablamos de personajes políticos que tienen incluso más nombre, pero luego son desconocidos en su lugar de origen”.
Además, Ramírez Soriano también ha hablado de la reforma de la calle Río, refiriéndose a ella como “un esplendor espectacular” y enorgulleciéndose de que el pueblo tenga “una de las mejores calles de toda Andalucía”. La delegada también ha añadido que desde se encargó la estatua su sitio ya era la calle Río: “No queríamos que molestase durante la obra, por eso la cambiamos de ubicación hasta que se terminara el proyecto”.
Niceto Alcalá Zamora regresa a su pueblo aunque sea de forma simbólica. “Tenemos todo su legado. Hablar de don Niceto es hablar de alguien entrañable para Priego y nos sitúa en el mapa”, ha resaltado Soriano.
Hoy por hoy, Niceto Alcalá Zamora puede descansar sentado delante de la casa a la que jamás pudo volver y ser testigo de una España muy distinta a la que trataba de cambiar. Su pueblo, con esta estatua, homenajea a un emblema para Andalucía y la ciudad de Córdoba y señala la importancia de no olvidar a aquellos que apostaron por el futuro en tiempos de oscuridad.
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