Prisión incondicional y sin fianza para el asesino de Torrox
Francisco Martínez reconoce los hechos y se niega a declarar | La juez le acusa de un delito de homicidio y otro de malos tratos continuados
La titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Torrox (Málaga) ha ordenado el ingreso en prisión incondicional, comunicada y sin fianza del cordobés Francisco Martínez, de 41 años. Martínez está acusado del asesinato de Ana María Márquez Alcántara, una montillana de 37 años que era la directora del Museo de Nerja y que murió tras sufrir numerosas puñaladas. Según han confirmado fuentes judiciales, sobre Martínez pesa la acusación de dos delitos: homicidio y maltrato habitual.
Según ha podido saber este periódico, el hombre ha confesado el crimen y se ha negado a declarar, de ahí que la juez haya tomado la decisión de enviarlo a la cárcel en pocos minutos. Martínez también ha reconocido haber maltratado anteriormente a la mujer y también que sobre él pesaba una condena anterior por un delito de malos tratos en 2006 a su exmujer dictado por un Juzgado de Córdoba. Pese a que la Fiscalía había solicitado calificar el delito como un asesinato, finalmente la juez lo ha considerado de manera provisional como un homicidio.
Martínez confesó el crimen a los agentes que lo detuvieron en la casa en la que pasaron los hechos, en Torrox (Málaga), aunque alegó que fue en defensa propia. El acusado tiene antecedentes por haber maltratado a su exmujer, también cordobesa, que lo denunció en el año 2005. Esta mujer tuvo que recibir asistencia de los servicios de protección de mujeres maltratadas de la Junta de Andalucía. No obstante, Ana María Márquez Alcántara, la que era su actual pareja, no lo había denunciado por malos tratos.
El hombre, pese a llevar casi dos años de relación sentimental con Ana María Martínez, no vivía con ella en Málaga, sino que seguía residiendo en Córdoba. Martínez, conocido por haber dirigido varios bares en Córdoba, regentaba una conocida taberna gastronómica en el Vial Norte, junto al hotel Córdoba Center. Acosado por las deudas, el hombre había cerrado el negocio, había comentado que lo quería traspasar y se había ido a vivir con su pareja a la casa de Torrox en la que han ocurrido los hechos, en un bajo de la urbanización Señorío del Mar, en la barriada de Conejito.
Cuando lo sorprendió la Guardia Civil, que había entrado por la ventana, estaba manchado de sangre. Según han informado fuentes de la investigación, cuando los agentes entraron la mujer todavía estaba viva. Uno intentó taponarle una de las numerosas heridas que presentaba por la que se estaba desangrando, pero murió poco después. El hombre confesó los hechos pero argumentó que lo había hecho en defensa propia y que había sido la víctima quien le había agredido primero. Los agentes tardaron segundos en esposarlo.
Ana María Márquez había muerto en la bañera, literalmente cosida a puñaladas. Fuentes de la investigación señalan más de 20 heridas, la mayoría en el pecho y en las manos. Junto a su cuerpo, un cuchillo de cocina de 30 centímetros de hoja con el que supuestamente se había cometido el crimen. Los agentes también recogieron los restos de una botella de cristal con la que, supuestamente, el hombre había golpeado en la cabeza a la mujer.
La Guardia Civil llegó a la casa alertada por los vecinos, que llamaron alarmados por los gritos que se oían en el interior de la vivienda. Los vecinos también han declarado que la pareja había estado cenando la noche anterior en un chiringuito cercano a la vivienda y que ya habían escuchado las discusiones entre ambos días atrás, pero que no le habían dado más importancia ya que la pareja siempre se reconciliaba. Hasta el viernes, cuando la mujer perdió la vida.
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