El Obispado facturó medio millón más en 2018, un año en el que cayeron las aportaciones de los fieles
El Obispado de Córdoba ha incrementado su facturación anual en medio millón de euros en solo un año, según las cuentas que la institución eclesiástica ha publicado. En ese mismo periodo, 2018, las aportaciones directas y voluntarias de los fieles cayeron de manera notable, pasando de los 443.095 euros de 2017 a los 355.374 euros del año pasado.
En concreto, según el estado de gastos e ingresos del fondo común diocesano, el Obispado ha pasado de ingresar 8,5 millones de euros en 2017 a facturar un total de 9,09 millones en 2018. Las asignaciones tributarias (el dinero de la famosa equis de la declaración de la Renta) han aumentado, pero muy levemente. Han pasado de los 3,58 millones de euros de 2017 a los 3,61 millones de 2018.
Por tanto, la diferencia entre un ejercicio y otro está en las “enajenaciones de patrimonio”, que le han supuesto beneficios al Obispado. De esta manera, en 2018 este epígrafe aparece con unos ingresos de 979.295 euros, frente a los 256.000 euros del año anterior. Esa es la gran diferencia entre las cuentas de un año y de otro.
De hecho, el propio Obispado ha contabilizado ese medio millón de euros como “reservas” en el estado de gastos. De esta manera, la institución eclesiástica logra un superávit de 176.635 euros, según aparece en sus libros.
¿De dónde provienen los ingresos?
El grueso de los ingresos del Obispado provienen de las aportaciones tributarias, con una partida de 3,6 millones de euros. Aparte, se disponen de otros 2,9 millones de euros de “otros ingresos corrientes”, entre los que destacan los 2,2 millones de euros del fondo común diocesano y el casi millón de euros que aporta el Cabildo Catedral. El propio Cabildo también dona otros 267.934 euros para obras de la “Santa Iglesia Catedral”.
En la tabla también destaca el millón y medio de euros de ingresos extraordinarios, la mayoría por las enajenaciones de patrimonio descritas anteriormente. El último lugar lo ocupa el epígrafe de “aportaciones voluntarias de los fieles”, que desciende a 355.000 euros. De esta parte, 80.000 euros son por colectas diocesanas, 99.000 por suscripciones a revistas y boletines, 156.000 por otras suscripciones periódicas y algo más de 20.000 por otros donativos.
¿En qué gastan?
La mayor partida de gasto va a parar a nóminas del clero. En concreto, el Obispado gasta 2,35 millones de euros en pagarle a los sacerdotes, al obispo, a otros religiosos y a viajes y estudios.
La segunda partida en importancia es la dedicada a acciones pastorales y asistenciales. La partida de actividades asistenciales es la más corta, con tan solo 7.640 euros de un total de 2,1 millones. El grueso va a parar a entregas a otras instituciones diocesanas. Así, las parroquias para exequias perciben 681.250 euros, por ejemplo, aparte de otras partidas para mantenimiento y de ayudas temporales. Las casas sacerdotales y espirituales también reciben importantes partidas.
La tercera partida por importancia es la destinada a la conservación de edificios y gastos de funcionamiento, con algo más de dos millones de euros. Así, el Obispado destina un millón de euros a conservación de templos, 140.000 euros a publicidad, 380.000 euros a la devolución de préstamos o 124.000 euros en seguros.
Por último, hay una partida de 1,44 millones de euros para gastos extraordinarios, donde se incluyen también 811.000 euros más para rehabilitación de edificios y nuevas construcciones.
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