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¿No sabe qué hacer con su vieja Vespa? Pues subástela

Subasta de la firma de empeños en Córdoba. | TONI BLANCO

Manuel J. Albert

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Una firma de empeños abre pujas al mejor postor de todo tipo de objetos

En España no hay tradición, pero en culturas anglosajonas es corriente ver a los vecinos sacar sus trastos viejos a la puerta de casa para venderlos. Ocurre, por ejemplo, antes de mudarse. Lo mismo pasa a la hora de ir a una casa de empeños. En España está vinculado a momentos de necesidad y a la urgencia de conseguir dinero rápido, pero en países más septentrionales es algo habitual, más ligado a dar un último sentido al objeto y a garantizar su uso para otra persona. Sea como fuere, empujadas o no por la crisis, las casa de empeños de objetos corrientes empiezan a popularizarse en el país. Y con ellas, la modalidad de venta más espectacular y popular en otros países: la subasta. Porque las pujas son lo que, en realidad deja una plusvalía a los dueños de estos establecimientos. Una de estas firmas, Nolotire (que juega con el nombre del popular analgésico al denominarse la medicina contra la crisis), ha abierto hace poco en Córdoba y este domingo celebró su cuarta subasta, a las que han bautizado como subastas a lo bestia.

Bestia, lo que se dice bestia, tampoco es la subasta. Lo que se ofrece puede ser un juego de los años ochenta, un traje de pesca, una raqueta de tenis, una bicicleta, una cafetera o una moto Vespa, la pieza más valiosa de este último lote. Nos acercamos hacia las dos de la tarde. la subasta ya hace un par de horas que comenzó pero todavía hay clientes en la nave industrial del polígono del Granadal que sirve de sala de subastas. Para poder inscribirse solo hay que pagar un euro y aceptar el compromiso de pagar un 10% de más sobre todo lo que se ha adquirido como cuota del vendedor. “Con ese dinero podemos pagar el alquiler, la luz y los servicios básicos de la nave”, señala Gabriel Calvo quien, con su padre y su tía ha montado la franquicia de Nolotires. “Lo distinto de esto es que lo que vendemos y subastamos son objetos corrientes. Una persona puede venir aquí, gastarse 40 o 50 euros y salir con salir con dos bolsas llenas de cosas en buen estado”, comenta.

Su padre, del mismo nombre, explica que todavía no se ha popularizado el tema de la subasta y que casi todos los productos se venden sin pujar: el primer postor es que el que se lo lleva al precio marcado por la casa. “Eso es bueno para el cliente pero no tanto para nosotros, porque nos reduce el beneficio”, reconoce. No obstante, espera que eso vaya cambiando a medida que se repitan las subastas. “Esta forma de vender negocios está siendo muy mediática y la gente va a perderle el miedo”, avanza.

La tienda de Nolotires, recientemente abierta en la calle María Auxiliadora, es una franquicia de una matriz con origen en Alicante. La de Córdoba es la primera tienda abierta bajo esta modalidad de negocio pero se ha repetido en Villarreal, Burgos y, próximamente, abrirán en Jaén, Navarra y otras localidades.

Mientras, en Córdoba, sigue el día a día en la tienda de los Calvo. “Lo que más estoy vendiendo últimamente son bicicletas de niño. Salen muy bien de precio y suelen estar en buen estado”, señala Gabriel Calvo (padre). Mientras dice esto, un cliente acompañado de su hijo se lleva una bicicleta mientras el crío sigue mirando con los ojos muy grande la vespa roja.

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