Los niños de Nuestra Señora de Linares no irán a clase hasta que se climatice el colegio

“Se ha luchado mucho por este colegio para que estemos así”. Quien habla es Carmen López, portavoz de las familias de los niños del colegio público Nuestra Señora de Linares. Tanto ella como el resto de madres y padres han seguido las recomendaciones de la Junta de Andalucía y han recogido a sus hijos a las 11:15 por el exceso de calor que los pequeños sufren en el colegio. Y el absentismo continuará en septiembre “si esto no se soluciona”, apunta López.

Además, los padres remitirán un escrito a la Delegación de Educación para que “un técnico supervise el centro y vea que no son las condiciones” para los pequeños. Para ello, los padres han empezado una recogida de firmas que cuenta ya con 176 rúbricas de los 225 alumnos del colegio.

El de Nuestra Señora de Linares es un centro nuevo. Su inauguración y puesta en marcha se produjo en septiembre de 2015, de la mano de la empresa Juan Bueno y CIA S.A y con un presupuesto de la Junta de Andalucía 1.453.500,40 euros. Apenas dos años después, los padres se han levantado contra la Administración autonómica por un proyecto que “en ninguna hoja recogía la instalación de aires acondicionados”. Además, López ha explicado que “el AMPA se estuvo moviendo para ver si se colocaban aparatos de aire acondicionado pero dijeron que los presupuestos ya estaban aprobados y que la luz teníamos que pagarla nosotros”.

Tal y como ha explicado López, las aulas de los alumnos de 1º a 6º de Primaria “están en la tercera planta, mientras que la de los preescolares están en la primera”. Además, López ha asegurado que “desde abril se superan los 27 grados que establece la normativa”.

Actualmente, el colegio no dispone de aire acondicionado en ninguna de sus dependencias. No obstante, sí cuenta con tres máquinas “que regulan la temperatura pero sólo cuando llega a los 27 grados, pero las aulas están entre los 33 y los 34 grados”. López ha comentado que desde Educación no les facilitan ninguna solución y son los profesores los que les han pedido ayuda con la aportación de ventiladores para las clases, aparatos que las familias traen de sus casas.

El patio tampoco supone un “oasis” para los niños ya que la zona sólo dispone de cuatro árboles que no aportan sombra. Además, la única fuente que hay está al sol y, tal y como asegura López, “no funciona desde hace un mes”. “A nosotros, Educación nos exige que cumplamos la ley y que nuestros hijos estén escolarizados, pero siempre que su integridad física esté cubierta y nuestros hijos no son menos que cualquier funcionario de la administración pública”, concluye.