Las negociaciones en Panrico se vuelven a atascar
La compañía, con una fábrica en Puente Genil, corre el riesgo de solicitar el concurso de acreedores después de que los trabajadores hayan rechazado los despidos en las asambleas
Las negociaciones entre la dirección de Panrico y los trabajadores están ahora mismo en un punto muerto. Cuando parecía cercano el acuerdo, han vuelto a encallar. El motivo es que después de que se consultara a los trabajadores en asamblea sobre los planes de la empresa, que pasaban por aplicar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), aunque algo menor al inicialmente anunciado, los empleados han votado mayoritariamente que no a los despidos. Esto ha provocado que desde la dirección de la compañía, que tiene una fábrica en Puente Genil, se haya deslizado la idea de que en caso de no fructificar el diálogo la firma está abocada a solicitar el concurso de acreedores.
En principio, Panrico prevía despedir a 75 de los más de 200 trabajadores que la multinacional de la alimentación tiene en su planta de Puente Genil, la más grande que posee en en Andalucía. Ahora, esa cifra es probable que se reduzca equitativamente y baje en un 30%.
Panrico, que fabrica las marcas de Donuts y Bollycao, solicitó en Barcelona el preconcurso de acreedores con el objetivo de proteger a la compañía, que, según fuentes financieras y del sector, había empezado a sufrir la congelación de las líneas de circulantes y la de los proveedores de azúcar, aceite, harina y huevos. Según el fabricante de bollería, el objetivo de esta medida es generar el marco idóneo para proteger el futuro de la compañía y a todas las partes involucradas en su operativa: trabajadores, proveedores, bancos y clientes, y en un ejercicio de prudente administración.
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