El local de la hermandad cordobesa donde se produjo la intoxicación masiva no tiene uso hostelero
La cofradía sostiene que lo cedió a la taberna La Sacristía, la protagonista de la comida dice que se alquila regularmente, mientras que Facua quiere saber si hay algún tipo de acuerdo económico con el restaurante
Local de la Hermandad del Resucitado enfrente de la Taberna La Sacrístia J. M. Ayala
El local de la Hermandad del Resucitado donde se celebró la multitudinaria comida de cumpleaños en la que se intoxicaron 44 personas tras comer montaditos de pringá servidos por la Taberna La Sacristía no tiene licencia para uso hostelero.
Tras cuestionar la asociación de consumidores Facua la relación entre el restaurante investigado y la cofradía, este periódico ha preguntado por el uso que tiene este local a sus propietarios y sobre las condiciones de cesión del mismo. Sin embargo, desde la Hermandad del Resucitado no han contestado al requerimiento.
No obstante, fuentes de la Gerencia de Urbanismo sí han informado de que el citado local no tiene ningún tipo de licencia de actividad económica, puesto que una casa de una hermandad.
La hermandad en cuestión lanzó un comunicado el pasado 17 de enero argumentando que sólamente había cedido el espacio para la celebración del cumpleaños, y apostillando: “como hace tantas otras veces a distintos colectivos que se lo solicitan”.
La cuestión es que este comunicado respondía, a su vez, al que había emitido la taberna La Sacristía horas antes, en el que afirmaba que recibió un pedido de 55 montaditos de pringá para un “evento privado” que “se celebró en las instalaciones de la Hermandad” situada frente al local.
Hasta ese momento, la relación entre la cofradía y la taberna era fluida. La prueba es que, en un post en Facebook, publicado en diciembre, la Hermandad del Resucitado agradecía a la taberna “por su apoyo e implicación” en sus actividades.
No obstante, hay un tercera versión. La que ha dado la protagonista del citado cumpleaños, que afirmó en una carta a los medios que el multitudinario almuerzo celebrado en el local de la hermandad, que contó con 56 comensales, se organizó “semanas antes, vía Whatsapp con el dueño de La Sacristía”.
Y, además, en la misiva, la joven también indicaba que la celebración tuvo lugar “en un salón justo en frente” de La Sacristía “que alquilan con asiduidad para eventos varios”.
Carta de la nuera de la mujer fallecida tras una comida en una taberna de Córdoba
Soyla nuera de la fallecida y la persona que celebró su cumpleaños el pasado 4 de enero en la Taberna La Sacristía. Hago este escritocon el fin de zanjar ciertos asuntos que conciernena mi familia y a mi entorno, así como a nuestra integridad moral y ética. El 4 de enero celebré mi cumpleaños en esta taberna situada enCórdoba capital, concretamente, en un salón justo en frente que alquilan con asiduidad para eventos varios. La celebración, que contó con56 personas, se organiza semanas antes vía WhatsApp con el dueño del local (antiguo amigo de la familia) y se cierra un menú por personacompuesto por: 1.Papas aliñás 2.Queso 3.Chicharrones de Cádiz 4.Montadito de Pringá 5.Arroz con carrillera (elaborado por el propio dueño de La Sacristía) 6.Cerveza, vino, refresco y agua. En el comunicado oficial,el establecimiento en cuestión asegura haber puestoúnicamente montaditos de pringá,siendo esto totalmente falso. Hay 56 personas de testigo del menú de ese día en ese lugarque pueden arrojar credibilidad al presente escrito. En ningún momento se consumióalimentos de otro lugar, a excepción, de dos tartas: una de yema tostada con trufa y otra de chocolate con nata.Tartas cuya aprobación recibí del dueño para llevar y que en ningún momento puso impedimento. Es más, me aconsejó donde comprarlas. A colación de esto, he de decirque varios amigos que sufrieron problemas estomacales la madrugada del 4 de enero no comieron tarta. Es más, estas tartas soloy exclusivamentese consumieron en mi cumpleaños. Y, por fuentes sanitarias,se sabe que hubo más perjudicados ajenos a la celebración. Por último, vuelvo a puntualizar que en ningún momentonadie de mi entorno (familia, amigos y demás allegados) han volcado injurias, calumnias ni acusaciones sobre el establecimiento, con relación alfallecimiento de mi suegra. Pero sí que hubo,según Sanidad,una intoxicación alimentaria, con informes médicos donde los juicios clínicos lo confirman, así como una investigación con más de 44 afectados. El único bulo de toda esta situación es decir que ese día únicamente se sirvió montaditos de pringá. Repito, hay 56 testigos para demostrar este hecho,así como varios mensajes intercambiados con el dueño del local, vía WhatsApp, donde asegura: dar soporte durante la celebración,así como algún que otro plato a incluir en el menú. Sin más, quiero agradecer la delicadezay el respeto que han mostradotanto FACUA comotodos los medios de comunicacióna míy a mi familia. Estas son las últimas declaracionesque voy a verter sobre este asunto. Bastade mentiras. Basta, por favor.Solo queremos paz para afrontar estos duros momentos que nos han tocado vivir. Muchas gracias.
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