A licitación la reforma de la calle Alfaros, que cambiará los adoquines por asfalto impreso
La reforma integral de la céntrica calle Alfaros sustituirá los adoquines por asfalto impreso que, eso sí, mantendrá el dibujo del adoquín original. Las obras en esta vía, que lleva años presentando desperfectos periodicamente, han salido a licitación por 274.625 euros.
Según la memoria técnica, las obras tienen por objeto mejorar las condiciones físicas, ambientales y de accesibilidad del espacio. Para ello, se propone la reparación del carril de tráfico, actualmente pavimentadas con adoquín de granito, por asfalto impreso. Las aceras se mantienen tal y como están, es decir, losas de granito rosa y gris de dimensiones variables.
La tecnología del asfalto impreso permitirá, mediante moldes, mantener la modulación y apariencia similar al adoquinado de granito. Además, según detallan, la reparación se hace en un tiempo más reducido, eliminando tiempos de curado de hormigón, pudiendo usarse de inmediato una vez terminada la intervención. La duración de las obras está estipulada en cinco meses.
El tramo de la actuación corresponde al carril de tráfico que va desde la Puerta del Rincón y hasta la calle Capitulares. Es una vía que soporta un tráfico continuo de vehículos y autobuses, siendo además el acceso al hotel Alfaros. “Esto hace que este carril se encuentre en un estado pésimo, presentando numerosos hundimientos y roturas en el pavimento que se han ido parcheando con asfalto lo que hace necesaria una reparación completa”, explican en la memoria.
Además, también detallan la importancia história de esta vía, que, en época romana, constituía el lienzo oriental de la ciudad romana (la urbs quadrata), mientras que, en época andalusí, este espacio separaba la parte norte de la villa con la Ajerquía.
Esta calle ya se reformó en 2006. Alfaros tiene una particular configuración de la calzada, levantada sobre escombros acumulados desde la época romana y que han llegado a cubrir el precipicio que existía junto al lienzo Este de la muralla. Esta característica y el denso tráfico provocan pequeños movimientos y grietas que llegan a romper las conducciones.
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