Grietas y asfalto roto en la calle Alfaros a los dos meses y medio de su reforma

El pasado 29 de noviembre, el tráfico volvió a reiniciar su paso por la calle Alfaros tras la reforma completa de esta arteria del centro de Córdoba, que consistió en retirar los adoquines de granito que tenía la calzada y cubrirla con asfalto impreso que reproducía el mismo dibujo del firme anterior. Dos meses y medio después, ese nuevo asfalto presenta grietas y roturas en algunos puntos de la calle.
Así lo ha constatado este periódico y lo ha confirmado el área de Infraestructuras del Ayuntamiento de Córdoba, encargada de la obra de reforma. El asfalto presenta grietas, roturas y hundimientos, como muestran las imágenes, alrededor de tapas de alcantarilla en la calzada. Fuentes municipales aseguran que el Consistorio ya lo ha comunicado a la empresa que se encargó de la obra y se procederá a su reparación, aunque no precisan cuándo se hará ni cómo podrá llevarse a cabo para que no vuelva a suceder.

La empresa adjudicataria de la obra de reforma de la calle Alfaros fue Construcciones Glesa, que llevó a cabo la actuación en algo menos de dos meses. Se reparó el carril de tráfico, eliminando el adoquín y sustituyéndolo por asfalto impreso. Las aceras se mantuvieron tal y como estaban, con losas de granito rosa y gris de dimensiones variables. La superficie en la que se actuó sumaba unos 1.660 metros cuadrados aproximadamente.
Esta reforma en dos meses se llevó a cabo después de que el Ayuntamiento desechara un primer proyecto que contemplaba que las obras se extendieran hasta cinco meses, un periodo que se consideró inviable al no existir alternativa a esta vía para el acceso del tráfico al centro.

La calle Alfaros ya se reformó anteriormente en 2006. Tiene una particular configuración de la calzada, levantada sobre escombros acumulados desde la época romana y que han llegado a cubrir el precipicio que existía junto al lienzo Este de la muralla. Esta característica y el denso tráfico provocaban movimientos y grietas que llegaban a romper las conducciones.
Esas grietas y enormes baches, provocados también por el tránsito de tráfico pesado como los autobuses turísticos o el servicio de Aucorsa, es lo que el Ayuntamiento pretendía arreglar con la última reforma, que contó con un presupuesto de 234.228 euros.
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