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La familia Donoso busca un Golf rojo para aclarar su muerte

Rueda de prensa ofrecida esta mañana por el investigador Félix Ríos, la abogada de la familia Donoso y una hermana de Soledad, para explicar los últimos pormenores del caso. | FOTO: MADERO CUBERO

Manuel J. Albert

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La joven fue vista bajándose de un vehículo similar en el Arenal el mismo día en que desapareció y cerca de donde se la halló muerta

La clave está en un coche, un Golf GTI rojo, posiblemente modelo de 1991. Ese es el eslabón que falta para resolver un crimen. Al menos así lo piensa la familia de Soledad Donoso, que lucha desde hace 20 años para que no se cierre la investigación que esclarezca la muerte de la muchacha. Un amigo de la víctima ya ha sido imputado por su presunto homicidio hace unos meses.

Los investigadores privados que trabajan altruistamente con los Donoso para resolver el caso creen que el presunto asesino pudo llevar a la joven en ese coche hasta el Arenal alto, donde se encontró su cadáver. Es más, saben que el joven que conducía no era el propietario del coche y esperan que a través de los medios de comunicación alguien haga memoria y recuerde si hace 20 años prestó o perdió de vista un coche de las mismas características.

Esa podría ser la pieza que falta en el rompecabezas en un caso que estuvo a punto de archivarse definitivamente el año pasado. La familia de Soledad logró reactivarlo poco antes y recabar datos y pruebas suficientes para que la persona de la que siempre sospecharon esté ahora imputada por el homicidio de la joven.

Pero todavía queda el cabo suelto en forma de coche rojo. Algunos testigos interrogados estos meses declaran que vieron bajarse del mismo a Soledad y otro en la zona del Arenal alto. Allí, el muchacho la habría golpeado con una botella. La familia Donoso sostiene que esa persona es el actual imputado. Pero todavía no hay pruebas que vinculen al sospechoso con ese Golf GTI rojo. Si los investigadores logran vincular ese coche, todavía desconocido, con el imputado, el caso ganaría mucha consistencia. Por eso, han activado una campaña a través de los medios de comunicación: para tratar de recabar esta información vital.

Los restos de Soledad aparecieron el 14 de octubre de 1992 en la orilla del Guadalquivir a su paso por Córdoba. No se sabía nada de ella desde hacía 14 días. Había salido de casa de sus padres, donde vivía, en la plaza de San Pedro para ir a su trabajo en una pizzería de la avenida Barcelona. El cadáver de la muchacha de 18 años se encontraba en muy mal estado, desmembrado y descompuesto, posiblemente por la acción de las alimañas y las fuertes lluvias que cayeron ese mes sobre la ciudad.

Nunca se supo si las heridas habían sido producidas por mordeduras de animales o por otros factores. Tampoco su autopsia arrojó pistas. Y durante años siguió sin saberse a ciencia cierta qué le ocurrió a Donoso ni cómo murió. Hoy, su familia está convencida de que fue asesinada y que la persona de la que siempre sospecharon y hoy está imputado, fue su verdugo.

En septiembre de 2012 iba a prescribir el crimen. La familia, con la ayuda del criminólogo y perito judicial canario Félix Ríos, del grupo Laxshmi -una asociación de lucha por resolver casos de crímenes olvidados- luchó por que se revisasen de nuevo todas las pruebas que se practicaron en su momento, así como volver a interrogar a todas las personas a las que se tomó declaración; la segunda consiste en una campaña masiva en los medios de comunicación para buscar pistas o testimonios de personas que puedan hablar tras 20 años.

Así se hizo. Las nuevas voces y las nuevas pruebas permitieron reconstruir los momentos antes de que se produjese el supuesto crimen. Las nuevas pruebas de la policía científica corroboraron las sospechas, detectando fuertes impactos en los huesos de Soledad ocurridos antes de la muerte, tanto en su rostro como en uno de los brazos.

Solo queda saber si alguien reconoce a ese coche deportivo que llevó a a Donoso cerca del río en compañía de un desconocido. Alguien que vincule el vehículo con el hoy imputado. Alguien que complete la cadena y resuelva el crimen.

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