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Distancia entre fieles, reverencias y comunión en la mano: la Mezquita-Catedral abre al culto

Misa en el Altar Mayor de la Mezquita Catedral de Córdoba | MADERO CUBERO

Alejandra Luque

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La Mezquita-Catedral de Córdoba ha reabierto este lunes únicamente al culto con la celebración de una misa a las 12:00. La Fase 1 de la desescalada que afronta ya la capital y la provincia permite que los centros de culto puedan abrir al público aunque con un tercio de su aforo. En el caso de la Mezquita-Catedral, apenas cuatro fieles han asistido a la liturgia, marcada por las medidas de higiene y seguridad impuestas por el Obispado de Córdoba.

Alejada del bullicio y del gentío, el silencio rodea a la Mezquita-Catedral, interrumpido por el repicar de las campanas que anuncian que la misa está a punto de comenzar. Como primera medida, todo aquel que desee entrar al monumento tiene que lavarse las manos con solución hidroalcohólica y utilizar mascarilla propia. Desde el Cabildo desaconsejan portar guantes y, en el caso de llevarlos, estos deben ser también desinfectados.

El agua bendita ha desaparecido, por el momento, de los centros de culto para evitar así posibles focos de contagio. Ya en el Altar Mayor, donde se celebra esta primera misa abierta al culto, el Cabildo ha espaciado los bancos y los feligreses se han colocado uno en cada banco. Hasta que dure la cuarentena, esta misa de las 12:00 sustituirá a la que se ofrecía a las 9:30, una liturgia que se lleva desarrollando en este monumento desde 1236. Oficiada por el deán Manuel Pérez Moya, el acto no ha contado con el coro, aunque dos personas de esta agrupación musical sí amenizan las misas durante el fin de semana.

La pandemia no ha eliminado la comunión durante la liturgia, que se suministra a los fieles después de una limpieza de manos de todos los intervinientes ya que se entrega en la mano -aunque sin guantes- y no en la boca. No obstante, quien, a pesar de esta recomendación, desee recibirla en la boca, la Diócesis de Córdoba ha establecido que debe esperar al último lugar, después del resto de los fieles. Antes de dar la comunión a los fieles, además, el deán porta una mascarilla. El contacto físico también se ha reducido en el saludo de la paz, sustituido por una pequeña reverencia.

Además de la apertura para el culto, el Obispado de Córdoba también ha reabierto este lunes sus puertas de 9:00 a 14:00, recuperando el funcionamiento habitual del Tribunal Eclesiástico, de la Librería diocesana y de todas las Delegaciones y Secretariados que tienen su sede en el edificio.

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