Crismona: otro gigante cordobés en concurso de acreedores
La empresa de cárnicos de Doña Mencía es incapaz de hacer frente a sus deudas y se ve obligada a solicitar el concurso; la firma ya había superado dos EREs
Hablar de Doña Mencía es como hablar de Crismona y viceversa. Hay industrias que dependen tanto de los pueblos en los que están ubicados como los pueblos de estas industrias. Es el caso de Crismona, que después de intentar evitar lo inevitable y hacer malabares económicos no ha podido más y ha acabado solicitando el concurso de acreedores, incapaz de hacer frente a sus deudas.
Así lo ha comunicado la firma al Juzgado de lo Mercantil de Córdoba, que ya ha ordenado que la firma Abstom Concursal SL se haga cargo de la administración de la empresa con el objetivo de que los deudores de Crismona puedan obtener gran parte del dinero que se les adeuda. Los propietarios de Crismona, sin embargo, seguirán conservando las facultades de administración y disposición de su patrimonio, pero ya vigilados por una administración concursal superior, según consta en la comunicación del Juzgado de lo Mercantil de Córdoba firmada el pasado 26 de junio.
Crismona acababa de superar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) con el que se desprendió de un total de 40 trabajadores en el pasado mes de diciembre. Muchos de estos empleados acumulaban grandes retrasos en el cobro de sus nóminas. Antes, Crismona ya había presentado un ERTE, un Expediente de Regulación Temporal de Empleo. A pesar de adelgazar su plantilla, Crismona ha sido incapaz de reponerse a la deuda acumulada y, sobre todo, a la pérdida del contrato que había firmado con las grandes superficies para la distribución de sus productos a través de las marcas blancas.
Crismona es una firma que tiene un siglo de vida y que siempre ha estado muy apegada a Doña Mencía. Además de cárnicos, la empresa había diversificado su oferta con líneas de aceite de oliva, de productos ultracongelados, vinagres, vinos y conservas.
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