La AUGC también denuncia una plaga de ratas en la cárcel
El sindicato Acaip ya alertó de la presencia de estos animales en primavera
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) denuncia en un comunicado una plaga de ratas en la cárcel Desde hace varias semanas existe en las dependencias ocupadas por la Sección de Seguridad Penitenciaria de la Guardia Civil en Córdoba una plaga de ratas. La asociación señala su presencia tanto en la planta baja (oficinas y sala de monitores) como en la planta alta (vestuarios y sala de retén), y las escasas medidas adoptadas hasta el momento han resultado inútiles, porque el número de dichos animales es cada vez mayor. El sindicato de prisiones Acaip ya alertó de la presencia de estos animales en primavera.
Los guardias civiles que prestan servicio en esas dependencias afirman que se han encontrado en varias ocasiones ratas deambulando tranquilamente en el interior de los vestuarios y en la sala de estar, donde realizan sus comidas y permanecen en situación de retén. “La situación ha ido agravándose en las últimas semanas hasta el punto de que en alguna ocasión se han visto obligados a matar a alguno de dichos roedores que se encontraba junto a ellos subiendo por el mobiliario, como se puede observar en la fotografía que se adjunta.
Ante las reiteradas negativas a reunirse con AUGC por parte de la Directora del centro penitenciario, Yolanda González, esta asociación profesional le reclama públicamente que de modo inmediato adopte las medidas necesarias para acabar con la plaga de ratas, teniendo en cuenta que los trabajos llevados a cabo hasta ahora no han servido de nada.
Por otro lado AUGC va a pedir también la intervención del Servicio de Prevención de la Guardia Civil, ante la situación de riesgo existente para quienes trabajan en esas instalaciones. No debe olvidarse que, según los expertos, las ratas son los animales que más enfermedades transmiten directa e indirectamente a seres humanos y otros animales (hantavirus, peste bubónica, leptospirosis, salmonelosis, etc.), pero es que además pueden contaminar el agua, los alimentos y mercancías, así como son capaces de causar graves daños en paredes, tuberías o cableados eléctricos.
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