Aneri tira de la manta
El cordobés José Luis Aneri ha decidido tirar de la manta. En la cárcel tras ser detenido dos veces por el mismo fraude (en los cursos de formación), el exempresario nacido en Fernán Núñez está colaborando con la Justicia, según han informado fuentes de su defensa.
Aneri ya ha declarado ante el juez que investiga el presunto fraude, cometido en la Comunidad de Madrid, que había funcionarios que supuestamente sabían las presuntas irregularidades en las subvenciones a los cursos de formación. Este cordobés está prisión preventiva desde mayo del año pasado por otro procedimiento relacionado también sobre ayudas públicas. Sin dar nombres salvo el de Vicente Ferreras, entonces jefe del área de Formación, Aneri habría hablado ante el juez acerca de que los funcionarios de ese área de subvenciones de la Comunidad de Madrid conocían el tema de la supuesta estafa.
En mayo de 2017, Aneri reconoció dentro de esta misma causa que en abril de 2014 llegó a un acuerdo con la Fiscalía de Madrid para salir de prisión si “exculpaba” a la Comunidad de Madrid de las presuntas responsabilidades de lo ocurrido. La segunda de las condiciones era cargar la responsabilidad de lo ocurrido al expresidente de la asociación de empresarios Fedecam Alfonso Tezanos y a uno de sus socios. El tercer punto del acuerdo era ingresar una fianza de 500.000 euros y el último requisito es que debía “autoinculparse” en el porcentaje de alumnos falsos que metió en los cursos.
Ahora, Aneri busca alcanzar un pacto con la justicia para evitar pasar más años en la cárcel. Según llegó a afirmar El Mundo, declaró que la entonces consejera de Empleo, Ana Isabel Mariño, sabía del fraude. Según este medio, el antiguo jefe de Formación de la Comunidad de Madrid propuso a Aneri, en el despacho del primero, reabrir el sistema informático de control de alumnos y maquillar el fraude, justificando los cursos. Además, siempre según su versión, el jefe de área de Formación le enseñó a Aneri correos que evidenciaban que la consejera Mariño sabía del fraude, y que en la Comunidad se sabía que el entramado llevaba muchos años funcionando, detrayendo millones en fondos regionales y europeos que en realidad debían ser gestionados por la patronal madrileña.
Aneri, de 38 años, divorciado y con dos hijos, empezó su carrera en Córdoba. Estudió en los Maristas y se licenció en la Facultad de Derecho en 2002. En 2006 impartió un curso de corte de jamón y a través de él conoció a Alfonso Tezanos, expresidente de la Federación de Empresarios de Madrid, que fue el que le abrió las puertas de la capital de España. Aneri ya había constituido sus empresas en Córdoba, Sinergia, donde mantuvo una subsede. Pero fue en Madrid donde empezó a despuntar, a crear empresas sin parar y a, presuntamente, estafar a la Comunidad madrileña cobrando por cursos de formación que nunca impartía.
Tras su detención en 2014, la Policía calculó que había defraudado unos 14 millones de euros de dinero público. En la operación, se imputó también a miembros de su familia. Incluso se le acusó de falsificar la firma de su padre, un exconcejal del PP en el Ayuntamiento de Fernán Núñez pero trabajador de la Seguridad Social, para hacerse con los datos personales de más de 10.000 personas a las que supuestamente apuntaba a unos cursos que nunca impartía y por los que cobraba.
En Córdoba compró un exclusivo chalet, que ha tratado de poner a la venta. En Madrid hizo lo mismo con una vivienda de lujo en el barrio de Tetuán, junto a la que lo detuvieron el martes. Había salido de la cárcel y estaba pendiente de que concluya la instrucción y le manden a juicio. Mientras los jueces seguían investigando, sus abogados alegando y la Policía ultimando informes se asoció con el famoso prestamista Antonio Arroyo, acusado de estafa al quedarse con viviendas al imponer intereses elevados a sus propietarios. También con Iván Losada, un antiguo alto cargo de Viajes Marsans, procesado junto al expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán. Junto a ellos detenidas este miércoles una docena de personas en Madrid y Castellón tras intentar captar más de 10 millones de euros de dinero público.
Según fuentes de la investigación, apenas salió de la cárcel volvió a constituir empresas. Lo hacía con otros nombres, con el de su actual pareja o con el de un hombre de paja. Hasta que se asoció con Antonio Arroyo. En estos meses, la Policía Nacional calcula que ha podido crear unas 60 sociedades nuevas y que ha intentado defraudar más de 14 millones de euros.
0