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Sobre este blog

Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.

La inmovilidad cordobesa

Grandes retenciones de tráfico.

Alfonso Alba

14 de septiembre de 2024 20:07 h

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Hace unos meses, desde su atalaya en ABC Córdoba, el periodista Rafael Ruiz ironizaba sobre cómo era posible que un Ayuntamiento con millonarios remanentes de tesorería, que hasta se permitía el lujo de construir un tanque de tormentas, no tuviera dinero para pintar los pasos de peatones de la ciudad. Y no le falta razón, especialmente en cruces del casco histórico, donde es imposible diferenciar el paso de peatones, de la cera incrustada durante décadas de las procesiones, el aceite de los coches y los chicles a los que si se les practica el carbono 14 nos llevaría a los años setenta.

Córdoba, que es una ciudad perfecta para moverse por su tamaño y su geografía, lleva años de inmovilidad. Hará unos 15 años que se restringió el tráfico en el casco histórico, unos ocho que se peatonalizó la calle Capitulares y unos cinco o seis que se cortó una calle de La Viñuela. Y ya. Desde entonces, quizás desde que nos falta Valdenebro, las políticas de movilidad han sido un poco vamos a dejarlo todo como está, no vaya a ser que metamos la pata.

Córdoba no tiene una red pública de bicicletas, se construyen carriles bici siguiendo un modelo de hace 20 años, agotado ya, en el que siempre se le roba espacio al peatón y jamás al vehículo. Se va a construir una avenida de cuatro carriles en la Ronda del Marrubial, pensando que es la mejor manera de descongestionar el tráfico, cuando es justo al revés. Los autobuses gigantes siguen subiendo por la calle San Pablo y Alfonso XIII, o entrando por Alfaros, asustando a los viandantes que se tienen que pegar a la pared como si fueran salamanquesas para no morir atropellados. Y la calle Claudio Marcelo sigue repleta de coches aparcados, con aceras pequeñitas y un tráfico molesto. Ni que decir tiene que los padres y madres dejan a sus hijos casi dentro del aula de los coles del centro y que lo que se dice andar, andan poco.

La movilidad en los barrios tampoco es para tirar cohetes. Se habilitan cada vez más solares para aparcamientos, por lo que siempre se prioriza el coche. Y no se limita el tráfico en las calles pequeñas, aquellas famosas súper manzanas que presentó el alcalde Nieto hace una década que se iban a ensayar en Ciudad Jardín. Nada se hizo.

Al contrario, se trabaja en un gran aparcamiento subterráneo en Vallellano, se intentó otro en la plaza de toros y se busca que el vehículo entre prácticamente hasta la puerta de la Mezquita. Obviando que si hay una visita que merece la pena hacer en Córdoba es paseando, sin tener que sortear taxis a toda velocidad por la Ribera, o esos gigantes autobuses, tan extraños, que tan fácil tendrían dar un rodeo para llegar al mismo sitio.

Tampoco sabemos nada de aquellos carriles rápidos para los autobuses gigantes, que iban a unir Fátima con Reina Sofía en diez minutos, sacando coches de las calles. O de la promoción del primeramente llamado Metrobús, luego Cercanías y ahora Media Distancia, que une barriadas con la capital en un suspiro y que solo usan los estudiantes para ir a Rabanales.

La experiencia de Cruz Conde nos demostró que las ciudades más cómodas son aquellas que se pueden pasear y en eso Córdoba es imbatible. Pero quizás hemos olvidado cómo era entrar a Las Tendillas hace 15 años.

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Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.

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