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Supermán: La película

Redacción Cordópolis

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“Es un pájaro, es un avión, ... ¡no!, !Es... SuperBellido! El gobierno municipal ha vendido la salida del Plan ajuste municipal, dándole todo el protagonismo al que parecía un mero becario, con su aspecto despistado propiciado por sus gafas y su cabellera repeinada. Como si de Christopher Reeve se tratara en la película de Donner de 1978, Bellido debe tener debajo de su traje una malla azul, con una B mayúscula marcada en el pecho, para ocultar que no procede de este mundo y que ha sido enviado para salvar la ciudad del despilfarro de los perversos comunistas con Lex Luthor y el general Zod a la cabeza.

Lo cierto es que ni el mundo (Córdoba) corría tanto peligro ni nada hubiera sido posible sin la ayuda de los superpoderes procedentes de Kripton (Madrid), legados por el gobierno central de Jor-el Rajoy. La situación del ayuntamiento de Córdoba en junio de 2011 era complicada y preocupante, pero ya las decisiones adoptadas por los técnicos del servicio de Hacienda municipal del anterior gobierno (que coinciden, casi en su totalidad, con los actuales) pusieron las bases para evitar que Córdoba acabara como Jaén o como Jerez, por poner solo dos ejemplos. Así se encontraron con un presupuesto prorrogado con margen de ahorro y unos límites internos al gasto, fundamentalmente, para personal, gasto corriente y para las empresas municipales más gastosas.

No obstante, la mejora económica municipal ha venido propiciada esencialmente por los dos programas de pago a proveedores que aprobaron los gobiernos de ZP y de Rajoy y que, en la práctica, suponían poder endeudarse para pagar facturas de proveedores, antes ilegal, y enjugar asi el déficit. Del segundo, procede la necesidad de elaborar un plan de ajuste que asegurara que el ayuntamiento se comprometía con el saneamiento de sus cuentas.

Curiosamente, la mejor baza de ese plan era la subida de impuestos municipales, en contra del programa pepero, que vino a completarse con la subida del 10% en la tarifa del IBI urbano, el gran impuesto municipal que supone 70 millones de euros al año. Subida que, además, se ha consolidado a la par que va a seguir subiendo en sucesivos años por la revalorización catastral. Revalorización que la izquierda no se atrevió a hacer cuando la situación económica lo permitía y que ahora se convierte en un subida injusta ante la situación de dificultad económica en la que nos encontramos. Cierto, que en estos dos últimos años se ha vendido una rebaja fiscal, pero su eficacia es discutible y, su valor, propagandístico, ante la falta de pulso económico de la ciudad, mientras la recaudación ha seguido subiendo.

El plan de ajuste tenía como segundo fundamento la reducción del gasto en personal, que se ha llevado a cabo mediante acuerdos con los sindicatos a cambio de no privatizar empresas ni servicios y de mantener los puestos de trabajo. A ello ayudaron las medidas de Jor-El Rajoy de reducción del 5% del salario de los empleados públicos, y su posterior congelación anual, más la imposibilidad de cubrir las jubilaciones y de contratar temporalmente, salvo urgencia.  No se puede ocultar, sin embargo, que los sindicatos no tuvieron otra posibilidad que firmar convenios  perdiendo salario y derechos laborales ante la amenaza de despidos que empezaron a concretarse en IMDECO o en IMDEEC, aunque, finalmente, se han quedado reducidos, prácticamente, a cinco trabajadores de esta empresa, sin que se justifique por razones logicas ni económicas. (Los despidos en Vimcorsa no fueron debido a razones económicas, sino de índole política, y, en el IMDECO, los despidos producidos, finalmente, fueron pactados).

En cuanto a las empresas municipales, el cierre incocluso de Procórdoba era una necesidad ante la falta de conseguir ingresos por la venta de suelo, y que, en otros casos, como Cecosam o Gerencia, no se ha pasado de la amenaza, si bien los procesos han sido muy duros. En cuanto a los servicios municipales, alguno se ha cerrado como la escuela infantil, pero, en lineas generales, lo que ha sucedido es que han estado un par de años bajo mínimos y condicionados por la falta de personal.

El apoyo de los superpoderes procedentes de Krypton se ha completado con la aportación anual de 5 millones de euros en los presupuestos estatales para poder invertir en la ciudad, especialmente en barrios, y la herencia positiva del Plan Urban y remanentes de inversión. Incluso no han tenido problemas para echar mano de la Diputación cuando ha sido necesario. La izquierda tendrá que buscar la Kryptonita adecuada para cuestionar la mejora de la situación económica del ayuntamiento que hasta el Consejo Social ha reconocido. Pasados más de dos años, se puede asegurar que el plan de ajuste fue utilizado, fundamentalmente, para lograr la financiación que no se podía haber conseguido de otra manera, pero las medidas que incluía eran desproporcionadas para la situación económica municipal.

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