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De ramas, nidos y árboles

Alfonso Alba

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"Y advierta que ya tengo edad para dar consejos y que este que le doy le viene de molde, y que más vale pájaro en mano que buitre volando, porque quien bien tiene y mal escoge, por bien que se enoja no se venga"(Sancho aconseja a Don Quijote)

Con el rostro abotargado declaró: Si vas segando una parte de la rama, al final cae toda la rama y los nidos que hay en ella, y después caen todas las demás ramas“. ¿El inicio de un relato pastoril?, ¡no!, se trata de una amenaza. Y la amenaza va destinada a los suyos.

Anoche releía a Vladimir Propp y su Morfología del cuento. Asegura Propp que todos los cuentos desarrollan unas funciones que se organizan alrededor de siete piezas claves: el héroe, el agresor, una princesa y un padre, un donante, un falso héroe, un auxiliar y un ordenante. Nuestro héroe no responde fielmente a la descripción que de él realiza Propp. Es un verdadero narcisista y está enojado. Se siente solo. Responde a la perfección a la expresión latina “solup ipse” (uno mismo solo). Declara que toda su vida la ha dedicado a una causa: su país. Mejor dicho, a hacer país. Tanto insiste que termina confundiendo la causa con su persona (actitud que suele ser muy común en aquellos que se sienten elegidos por el destino). Sin embargo, su persona no responde a ese fenotipo: no es guapo, no es joven, no es alto (como, por ejemplo, Tarradellas), no lleva coleta, no es políglota, no es (ni parece) moderno y no es carismático; además pertenece a la denostada generación de la transición. No se le interpela por su dedicación (hasta confundirse) a una causa sino por su dedicación a otras cosas. Causas y cosas se parecen pero no son lo mismo. Él, que negó otras “causas”, se envuelve en la suya y asegura que detrás de toda esta persecución se encuentra un agresor (volvemos a Propp). Un poderoso agresor (y ordenante) que ha encontrado en él la diana sobre la que disparar. Asegura que dispararle a él es disparar a la causa. También hay un padre (el suyo propio) y una princesa (la madre de su amplia descendencia). El padre, además, ejerce el papel de donante (ahorro en el lenguaje narrativo). El auxiliar es un amplio sujeto colectivo que ahora se ve en la tesitura de acompañarlo, ma non troppo (desde hace muchos años le amparan y defienden los suyos). ¿Quién es el falso héroe? Vladimir Propp asegura que el héroe y el falso héroe terminan enfrentándose. No quiero ni pensar que el falso héroe sea... ¡No es posible! No lo puedo creer. Demasiadas teorías conspirativas estoy leyendo últimamente. Pero y si... ¿Su sucesor? ¿Quienes han construido sus nidos en el árbol? ¿Quiénes piensan que cortando la rama, aun la más grande, pueden salvar los nidos y el árbol? ¿A quién amenaza el héroe enojado y en descomposición? ¿Se cumplirá un final con boda?

No es bueno ni saludable (socialmente hablando) confundir cosas (delitos) con causas (anhelos). No es bueno confundir intereses con legítimas aspiraciones. No es bueno (ni estético) forzar la confluencia de una causa con un nombre propio. En cualquier caso siempre estuve más cercano a las personas que a las “causas”.

¡Menuda cruz, Jordi!

Nota 1:

El ejercicio de solipsismo consiste en convertir el yo en el centro del mundo superando en importancia al propio mundo. Puede ser un ejercicio poético o convertirse en un esperpento.

Nota 2:

No pudiendo tolerar las miradas de los suyos y de los extraños, la pícara Justina se encara enojada con todos y les dice: ¡Yo soy! ¿No me conocéis?¿Qué me miráis con tanto interés?

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