Tuitea con moderación, es tu responsabilidad
Ayer por la tarde viví uno de los viajes en autobús más trepidantes de todos los tiempos, en escasos 15 minutos que es lo que dura mi trayecto en bus, y todo a tráves (como no) de Twitter.
Apenas me había montado en el autobús y leía lo que parecía, según los tuits de muchos, algo así como si la Mezquita fuera a explotar de forma inminente; estaba apeándome cuando todo había quedado en un coche mal aparcado en una calle aledaña al monumento en cuestión.
Twitter para algunas cosas es una especie de Gran Hermano, donde todo se magnifica, y los dedos más ligeros a los 140 caracteres no ayudan en estas situaciones. El alarmismo se contagia más que la gripe y parece que no aprendemos.
Tener un montón de followers está guay, pero también conlleva una responsabilidad. Independiemente de si publicas cosas más o menos personales o de si eres un troll, una empresa o te dedicas a ser el más informado(r) de tu sector, nunca olvides que al otro lado de la pantalla hay mucha gente que puede estar leyendo lo que tuiteas (si tu cuenta es pública, claro ;-) ). A medida que aumentan tus seguidores aumenta la responsabilidad que suponen. Recuerda que tú y sólo tú eres el responsable de lo que tuiteas.
Siempre acudo a la misma anécdota pero es el mejor símil que he escuchado sobre Twitter hasta el momento para explicar lo que quiero decir. A Clara Ávila (@ClaraAvilaC) le escuché (o le leí, ya no recuerdo) que nunca debes tuitear algo que no serías capaz de gritar encima de una silla en mitad de un bar.
Yo tengo 1435 seguidores (en el momento en que escribo esto) y ante una situación así subirme encima de una silla y pegar una voz en plan “Aviso de bomba!!!” delante de esas 1435 personas no me parece lo más prudente.
Así que para evitar volver a matar por trigésima vez a Jordi Hurtado, situaciones de pánico, imágenes innecesarias en situaciones peliagudas y otro tipo de tuits poco afortunados recordad antes de darle al botón de “Twittear”: Tuitea con moderación, es tu responsabilidad.
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