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Sobre este blog

Soy cordobesa, del barrio de Ciudad Jardín y ciudadana del mundo, los ochenta fueron mi momento; hiperactiva y poliédrica, nieta, hija, hermana, madre y compañera de destino y desde que recuerdo soy y me siento Abogada. 

Pipí Calzaslargas me enseñó que también nosotras podíamos ser libres, dueñas de nuestro destino, no estar sometidas y defender a los más débiles. Llevo muchos años demandando justicia y utilizando mi voz para elevar las palabras de otros. Palabras de reivindicación, de queja, de demanda o de contestación, palabras de súplica o allanamiento, y hasta palabras de amor o desamor. Ahora y aquí seré la única dueña de las palabras que les ofrezco en este azafate, la bandeja que tanto me recuerda a mi abuela y en la que espero servirles lo que mi retina femenina enfoque sobre el pasado, el presente y el futuro de una ciudad tan singular como esta. 

¿ Mi vida ? … Carpe diem amigos, que antes de lo deseable, anochecerá.

Sociedad Plateros. El cenit (II)

Sociedad Plateros. El cenit (II)

Magdalena Entrenas

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Aquella “Asociación Mutua de Plateros de Córdoba” constituida en 1868 por 26 plateros aportando diez céntimos de peseta cada uno, fue ganando masa activa en un gremio que se hacía fuerte. A finales del XIX la Sociedad prestó ayuda a los damnificados por epidemias, inundaciones y las guerras de Cuba y Filipinas. 

El “despacho de vinos” de San Francisco se convirtió en una taberna y bajo el popular rótulo de “Sociedad Plateros”, se fueron abriendo otras por los barrios de Córdoba, con locales propios y una bodega de vinos con sello único. “Oro viejo”, “Platino”, “Peseta”, eran los nombres “plateros” de aquellos caldos según su antigüedad. 

Los ingresos crecían y en el siglo XX la Sociedad tenía hasta médicos a su servicio, incluso el lujo de un dentista y alguna farmacia que expedía con urgencia los medicamentos que necesitaban. Mientras, sus tabernas aumentaban. La de María Auxiliadora fue la cuarta en abrir en 1930, una propiedad que se fue ampliando con la compra de edificios colindantes, incluyendo un huerto, una bodega y la casa de la Calle El Queso. Una calle, por cierto, cuyo nombre unos dicen que viene porque en el siglo XVII allí se elaboraban y curaban quesos y otros, los más románticos, por la historia de amor de un humilde quesero y la hija de una noble.

En 1943 se aprueba en España el Reglamento de Mutualidades y Montepíos y nuestra “Sociedad Plateros” debió adaptarse. En 1953 aprobó su Reglamento, constituyéndose la actual “Mutualidad de Previsión Social de Orífices y Plateros”. El objeto, “proporcionar a sus asociados auxilio por enfermedad, inutilidad, vejez, natalidad y fallecimiento”.

Aquella idea pura de asociacionismo hubo de adaptarse aún más a la voraz legislación post constitucional. El mutualismo de previsión social de carácter privado, que había nacido para proteger a los plateros, con un régimen jurídico propio, dotado de beneficios, pero también con grandes limitaciones, empezó a tener que “reordenarse”. La Ley de 1984, sobre Ordenación del Seguro Privado, incluyó por primera vez a este tipo de Mutualidades como entidades de Seguro y desde entonces se fueron sucediendo distintas regulaciones - cada vez más encorsetadas - hasta llegar a la regulación actual de estas mutualidades, según la Ley de 2015 actualmente vigente. 

Mientras, en sus tabernas se iba escribiendo la historia de Córdoba. Desde el reconocimiento del Rey Alfonso XII, subvencionando la sociedad, al haber sido declarada de interés público, con 250 pesetas anuales, hasta los reconocimientos más actuales como el del Ayuntamiento de Córdoba, que en 1985 le otorgó la Medalla de Oro de la ciudad por los “Méritos de ejemplaridad cívica y cordobesismo tanto en lo económico como en lo cultural durante más de cien años”.

También la intrahistoria de Córdoba se iba escribiendo en sus tabernas con personajes singulares que se bebían la vida entre sus paredes. Ilustres de la cultura, escritores, poetas, dramaturgos, músicos, escultores, filósofos, políticos, pintores, flamencólogos o toreros… Córdoba es la historia de la “Sociedad de Plateros” pero, como pronto veremos, algo estaba sucediendo…

(continuará)

Sobre este blog

Soy cordobesa, del barrio de Ciudad Jardín y ciudadana del mundo, los ochenta fueron mi momento; hiperactiva y poliédrica, nieta, hija, hermana, madre y compañera de destino y desde que recuerdo soy y me siento Abogada. 

Pipí Calzaslargas me enseñó que también nosotras podíamos ser libres, dueñas de nuestro destino, no estar sometidas y defender a los más débiles. Llevo muchos años demandando justicia y utilizando mi voz para elevar las palabras de otros. Palabras de reivindicación, de queja, de demanda o de contestación, palabras de súplica o allanamiento, y hasta palabras de amor o desamor. Ahora y aquí seré la única dueña de las palabras que les ofrezco en este azafate, la bandeja que tanto me recuerda a mi abuela y en la que espero servirles lo que mi retina femenina enfoque sobre el pasado, el presente y el futuro de una ciudad tan singular como esta. 

¿ Mi vida ? … Carpe diem amigos, que antes de lo deseable, anochecerá.

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