Memoria, identidad y fe de Córdoba
Miguel Ángel de Abajo ofrece un discurso cargado de emoción, reflexión y compromiso para completar de forma brillante la Exaltación de San Rafael, con la que comienza la semana de actos en honor al Custodio
Sonoro y largo es el aplauso. Es la merecida respuesta a una magistral intervención, que supone una muestra de sentimiento tanto como de reivindicación. Cargado de mensajes claros relacionados con temas de actualidad y, sobretodo, marcado por la devoción al Custodio, Miguel Ángel de Abajo completa un genial discurso muy cerca de donde se erige un pequeño altar. En éste, una efigie juvenil de San Rafael, obra del imaginero Miguel Arjona. En torno al Arcángel, o más bien en su honor, tiene lugar la cita, que además se celebra en un escenario único, como lo es el patio porticado del Real Círculo de la Amistad. En este espacio, que fuera claustro del antiguo convento de la Virgen de las Nieves, cobran fuerza la emoción, el compromiso y la reflexión en una disertación que es brillante. La opinión en ese sentido entre los asistentes es unánime.
Magnífico fue el discurso que ofreció este lunes Miguel Ángel de Abajo con motivo de la cuarta Exaltación de San Rafael, que organiza la hermandad de la que es titular el Custodio de Córdoba y que da inicio a una intensa semana de actos culturales y cultuales en su honor. El historiador del Arte, miembro del programa “Paso a paso” de Canal Sur Radio y que fuera años atrás hermano mayor de la Merced, impartió una lección tanto de fe como de defensa de la misma. Partió del Libro de Tobías, de la historia del joven hijo de Tobit, y la tomó como referencia a lo largo de un discurso en el que no faltaron las palabras críticas en relación a determinadas cuestiones de actualidad. Tampoco aquéllas que forman parte del deseo de que la festividad del 24 de octubre no lo sea sólo tal día y en torno a un perol, sino a lo largo del año y de manera devota. Porque, “para qué tiene alas San Rafael si no es para volar por las calles y los corazones de Córdoba”.
La presentación del exaltador corrió a cargo del hermano mayor de la corporación de Gloria radicada en la Basílica del Juramento y que este año conmemora el tercer centenario de su reorganización. Asimismo, asistieron al acto el presidente del Real Círculo de la Amistad, Federico Roca; el rector del templo sede de la hermandad, de la que es consiliario, y arcediano de la Mezquita-Catedral, Fernando Cruz-Conde, el rector de Cultos de la hermandad, Antonio López Raya; y el segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Córdoba, David Luque. El primero de ellos aseguró en su primera intervención, que abrió la noche, que “San Rafael es Córdoba”, una idea que también expresó Miguel Ángel de Abajo en su discurso, ya fuera de manera directa o indirecta. Pues también lo hizo a través del mensaje de acercamiento al Custodio por parte de la ciudad.
“Son nuestra memoria, identidad y patrimonio, nuestra fe para los creyentes”, afirmó el orador para definir las vivencias y experiencias con o junto a San Rafael en Córdoba. El Custodio “es acción, no mármol blanco” recordó también a la hora de hablar de la sociedad cordobesa, a la que solicitó participación activa en la vida de la ciudad. Miguel Ángel de Abajo, que trató temas como los ataques del laicismo o la apertura de la segunda puerta de la Mezquita-Catedral, no olvidó tampoco asuntos tan importantes de la actualidad como el padecimiento de los refugiados, ya lo sean con motivo de conflictos bélicos, como sucede en Siria, o por otras razones. “Sabe que el mundo es un enfermo que necesita de su ciencia”, aseveró al respecto con la firme convicción de que el Arcángel vela por todos, junto al Guadalquivir o cerca del Tigris, como sucediera con Tobías.
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