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Cree el ladrón que todos son de su condición

Redacción Cordópolis

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El PP es experto en enfangar. Al tener ya poco que perder, pues está de barro hasta la cenefa, su misión es ahora intentar pringar a los demás. Perdieron el poder. Ya, por muchos casos de corrupción más que vayan saliendo (que saldrán) el descrédito es tal que poco le importan dos o tres casos más. En ese terreno, en el del fango, se defiende muy bien. Tiene a personas sin escrúpulos entre sus filas, que lo mismo facilitan a sus amiguetes la propiedad de inmuebles públicos culturales, que recortan prestaciones gracias a sus leyes. Además tiene una buena cohorte de medios de comunicación a su servicio: desde los públicos allá donde gobiernan hasta los privados, a quienes concede graciosamente licencias y permite deudas millonarias a costa de que sus trabajadores ni cobren. Por eso, el debate, para ellos, no está en los argumentos, en las necesidades de la población, sino en encontrar (o no, tampoco es imprescindible) algún motivo para denunciar algo de la nada.

Dentro de ese tipo de personas, hay algunas aventajadas. María Jesús Botella, es una de las pioneras en el desahogo a la hora de hablar y de actuar. Conocida también como la reina de las redes sociales en plenos, reuniones y debates públicos, comenzó con una gran frase su periplo en el gobierno municipal del PP entre 2011 y 2015: cerró la Escuela Municipal “Félix Ortega” por ser, según ella, una ikastola comunista. Por culpa de aquella ocurrencia, cientos de niños y niñas no tienen una escuela infantil gratuita donde acudir. Y un nuevo cadáver en forma de edificio en pleno casco histórico de la ciudad, que a punto estuvo de pasar a manos poco públicas.

Esta señora no tuvo ningún pudor en denunciar al C.S. Rey Heredia por no tener agua corriente en su Cocina Abierta, cuando fue ella (o su compañero Nieto, entiéndanme) la que había cortado el agua a pesar de que los anarcoides querían pagarla.

No seguiré insistiendo. Ejemplos hay cuantos quieran. Pero recurriré al refranero. La señora Botella, aplicando aquel refrán que dice que piensa el ladrón que son todos de su condición, ha abierto la boca y ¡ha subido el pan! Y dice que la Oficina de la Vivienda es un fortín de Stop Desahucios (sic). Yo, al leerlo, pensé, ingenuo de mí, que la señora Botella lo decía con alegría, pues fue ella y su partido quien, en 2013, le entregó a este colectivo, la Medalla de Oro por su labor social en la ciudad e implicación en atender a las necesidades de los cordobeses que más lo necesitan, si bien Nieto reconoció que no le gustaba mucho la decisión. ¡Me lo expliquen! que diría el Macario, precursor de la banda de títeres enaltecedores del terrorismo.

Pero no. Lo ha hecho de forma despectiva. Despreciando a quienes luchan sin reclamar la caridad sino exigiendo lo que es suyo. A quienes luchan contra el robo que ha significado dar el dinero público a los bancos para que, éstos, que provocaron la actual crisis, salieran de ella, a cambio de que desahucien, amparados en una ley hipotecaria declarada ilegal por Europa, a cientos de miles de gentes trabajadoras. Y, como el PP no puede luchar contra ello con argumentos, con ideas, con convicciones, intentan tirar al resto al barro, que es donde están a gusto Y, ahí, empiezan las descalificaciones con titulares que duran lo que los panfletos sumisos puedan mantenerlos, pero que no duraría ni un segundo si por pruebas en que sustentarse fuera. Eso sí, el mensaje está enviado: todos son unos chorizos. Y, así, gente que ha entendido su vida desde el compromiso social, desde el apoyo a los demás, en poner en peligro su normalidad por conseguir que otros estén mejor, ven como, sin beberlo ni comerlo, alguien intenta meterlos en el fango donde ellos están, desde hace lustros, chapoteando. Porque el sustento argumental del PP es que las dos abogadas a las que se les ha pedido servicios puntuales, han cobrado la friolera de 900€ y 850€, IVA incluido, por atender 27 casos, por asesorar, por realizar informes e incluso por formar, en fines de semanas, a personas que lo necesitaban. Todo ello, además, con un contrato menor a pesar de que no era necesario por la cantidad de la que se trata, pero para garantizar aún más la transparencia. Transparencia que, por cierto, los señores Miguel Reina y Rafael Navas, del anterior gobierno municipal del PP, van a tener que demostrar en el juzgado donde irán en abril investigados por presunta prevaricación. ¿Será verdad lo del refrán?

De paso, han intentado atemorizar a las dos jóvenes abogadas, quienes pueden sentir el peligro de que sus carreras se vean manchadas por las mentiras del PP y de sus folletos acólitos. La Oficina de la Vivienda del Ayuntamiento de Córdoba, seguro, tiene carencias. Incluso tendrá cosas que se podrían haber hecho de una forma o de otra, quizá incluso un poco mejor. No lo creo. Lo que sí tengo claro es que, tal y como dejó la señora Botella los Servicios Sociales de nuestro Ayuntamiento, no hay ni para un relaxing café con leche in Plaza Mayor. Gracias a su gestión en cuatro años, preparatoria para privatizar hasta el caballo del Gran Capitán, y a las leyes de su partido a nivel estatal, los ayuntamientos no tienen ni un euro para dedicar a políticas de igualdad, de solidaridad o de ayuda a las personas que más lo necesitan. Todo está preparado para que el dinero que haya, vaya a los bancos (reforma del Art. 135 de la Constitución, que hicieron apoyando al PSOE de Zapatero) Y no han dejado ni para poder contratar a un/a abogado/a que defienda a esas personas que peor lo pasan. De forma que, el Ayuntamiento ha tenido que tirar de la ayuda, una vez más, cuasi altruista, de personas que han defendido cientos de casos en Córdoba, poniendo su trabajo, su vida, sus sueldos, al servicio de esas personas. Como decimos aquí ¡tiene tela que quienes han cobrado suculentos sueldos por destruir nuestro bienestar quieran meter en su fango a quienes, sin cobrar un euro, han dado su tiempo y algo más para que algunas personas puedan mantener su vivienda!

Seguramente, en los corrillos de algunos grupos, se oirán frases del estilo a la que soltó otra gran patriota del PP, la señora Fabra, hija de otro gran patriota, cuando le recortaron el paro a las personas desempleadas: ¡Qué se jodan! En esos corrillos se podrá escuchar, con desahogo, mucho desahogo, ¡si quieren un abogado, que se lo paguen! Todo, con tal de ponérselo más, sí, aún más fácil, a sus amiguetes.

RAFAEL JUAN. Portavoz de Frente Cívico de Córdoba

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