Febrero se escapó
El segundo del año ya cayó y nosotros hemos estado escuchando algunas coplas nuevas….
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Se escapó febrero, y lo hizo tan rápido que nos hemos metido en mediados de marzo para comentarlo. Aquí ,en Groenlandia, también
es casi primavera, como en el Corte Inglés. Marzo es siempre mes de cambios. Amenaza el deshielo y vuelven las conversaciones habituales, con los parroquianos habituales. “¿A qué festivales vas este año?”
Los festivales. Los parroquianos. El tiempo. ¡Y los caracoles! Me comentan que ya están instalados los quioscos en las plazas de Córdoba.
Oh Rompehielos. Nuevo disco de The New Reamon. Eso siempre se celebra. Solía salir a correr por el parque de la Asomadilla, y tenía una lista de reproducción muy molona con música para despejarme mientras hacía deporte. De festival en festival… Recuerdo que siempre que sonaba ¡Hoy Estreno! sonreía y apretaba el ritmo. “Desconfía de la gente que hace mucho deporte”. La puñetera solía tener razón en esas cosas. Quizas esta semana la llame para preguntar que tal todo y quedemos para unos caracoles en Cruz de Juarez. “Comer caracoles nunca fue sexy”. Por eso tú y yo siempre fuimos amigos. Nada más. ¿Sábes cuánto hacía que no sonreía?
Semana 13 en Groenlandia. La pandilla Groenlandiers va aumentando e incluso nos dan ideas más o menos locas de cosas que podríamos hacer en esta inmensidad de hielo. Febrero se nos ha escapado con los 28 de rigor, con su día de Andalucía y con
campaña electoral en ciernes. Rapisisisimo.
Suponemos que aún quedarán rebajas locas, de esas en las que compras camisas Hawaianas de Emidio Tucci a euro (lo digo por experiencia propia).
Aquí los días se agrandan. El compi Campa echa de menos los caracoles y estamos pensando en comer unos bichos que parecen moluscos, cocinados al más puro estilo Cruz de Juarez.
Como las jornadas son más largas nos da más tiempo a escuchar las novedades que nos llegan desde la península. Este mes nos hemos despachado con mi querido Cooper (Los Flechazos de mi juventud), con la pareja del admirado Julio de la Rosa, con un grupete de mozuelas punketas que hacen las delicias de Manu y yo sobre todo con Viento Smith. Los de Ricardo, el de McEnroe, la están liando en mi iglú. Escuchando sus últimas grabaciones la añoranza es menor, la tranquilidad absoluta. Me los pongo para pensar en mis cosas divinas y terrenales y como toca votar por correo, me ha dado por releer a Noam Chomsky. No sé qué pensará él de lo que se nos avecina, pero para abrir boca le he metido mano a “Cómo nos venden la moto”. Ya veré por donde salgo.
Estamos pensando en volver pronto, para cuando el deshielo comience, pensando hasta en festejarlo. ¿Cómo lo veis?. Mientras lo pensáis os dejo un documental de una gente que estuvo grabando por aquí, ahora que la cosa está un poco menos fría.
PD: Por cierto, nos han llegado noticias de que los amigos de DENEUVE se reúnen de nuevo aunque sea para unos conciertos. Me alegro.
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