Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
Timorato
Fui a ver el partido del Barça contra el Real Madrid a casa de un amigo. Un amigo de esos que no tienen las teles piratas, sino que las paga pegadas a su wifi y a esa opción de teléfono fijo que ya casi nadie usa.
Llevé pasteles. Él me puso ron. El partido era a las cuatro y cuarto de la tarde.
Había sol en el estadio de la tele y mi equipo empezó a ganar. Yo soy culé, mi anfitrión, no; es madridista.
Ninguno de los dos equipos lo estaba haciendo bien. Tampoco mi amigo y yo en el salón de su casa. No estábamos ni pletóricos ni muy entusiasmados. Aunque había una latente actitud.
Seguían el partido, los chupitos de ron y los trozos de palmera de chocolate. Empató el Madrid y parecía que todo acababa ahí.
Pero en ese momento me acordé de la palabra “timorato”.
¿Qué es un equipo “timorato”? Un equipo indeciso, encogido, tímido.
Tal vez mi amigo madridista, mi anfitrión, estaba tímido, no sacó una de sus camisetas madridistas de colección. Tal vez yo no saqué mi remera blaugrana porque frené en la curva, antes de salirme en la cuneta. Aunque me dejaran pisar el piano… Todo es relativo.
Íbamos a empatar; a marcar un uno a uno y a tararear una canción y recordar un poema.
Pero no. El Real Madrid ganó por un golpe de espinillera. Cosas que pasan. Y nos jodió la canción y el poema.
Esto pasa por ser “timorato” en la vida, en las decisiones, en las opiniones, en la paz y en las guerras, en el amor…
“Timorato”, que siente temor. Ese puto adjetivo. Esa palabra.
Sobre este blog
Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
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