Felicidad
Un día de invierno tempranero, Chiquito de la Calzada acudió a los estudios de la Cadena COPE en Córdoba.
Llegó vestido con un traje, corbata, camisa y jersey. Tenía que intervenir en un programa nacional haciendo unos chistes y le tocó hacerlo desde Córdoba porque su esposa, Pepita, era cordobesa o al menos tenía familia cordobesa, y estaban por aquí.
Llegó una hora antes de la conexión que se le había previsto desde esta emisora local para un programa nacional y dijo: “he llegado antes que la puerta”. Así que nos fuimos a tomar un café al bar y los chavales del instituto de al lado lo vieron desde la ventana y le gritaron Chiquito, fistro, grande....
Y Gregorio, Chiquito, les dijo: “No soy yo, llevo la goma de una careta”.
Y se tomó un café con leche y media tostada con aceite y volvimos a la radio e intervino en el programa nacional y salió de los estudios de la radio, con el trabajo hecho, a su casa, a ver a su familia, a estar con Pepita, a volver a Málaga, yo qué sé.
La felicidad es algo transversal; una obligación en los tiempos convulsos.
Todo chiste malo es susceptible de ser bueno si te lo cuentan bien, si te sienta bien, si te soluciona un día de perros.
Chiquito, Gregorio: dejas un legado. Pocos lo han hecho: hasta el descojone siempre.
La felicidad es cosa seria.
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