Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Un juego de niños

Aristóteles Moreno

0

 

Hasta siempre, comandante

(José Manuel Mariscal. Secretario general del PCA)

La frase, tomada así, parece recién sacada de una fábula de los años sesenta, cuando el mundo se dividía en dos mitades, una blanca y otra negra, una buena y otra mala, una justa y otra inmoral. En aquellos años, el infierno y el paraíso convivían puerta con puerta, por lo que el edén se encontraba a tiro de piedra. Sólo había que recorrer unos cuantos pasos para escapar del averno y abrazar el mundo perfecto que se organizaba a la vuelta de la esquina.

Ya se habrá dado cuenta usted de que el secretario general del PCA se está despidiendo del presidente de Venezuela, fallecido tempranamente a los 59 años de edad. Nos llama la atención que se dirija a él por su graduación militar y no por su posición civil, teniendo en cuenta que el señor Chávez fue elegido democráticamente en unas cuantas elecciones celebradas con todas las garantías. Cuando se destaca su rango militar y no su cargo político se está queriendo decir, en realidad, cosas que no son políticamente correctas. No sé si nos explicamos con claridad. Sobre todo, si tenemos presente que con el uniforme verde oliva protagonizó un golpe militar contra un gobierno legítimo y con las urnas presidió democráticamente Venezuela. Pero allá cada cual con sus jerarquías.

La frase del señor Mariscal, difundida en su Twitter, es más larga. Dice exactamente lo siguiente: “El bagaje del Imperio se cifra en la muerte de un Hombre. El bagaje del pueblo es el amor, el respeto y la lucha”. Como verán, las dos oraciones yuxtapuestas reproducen letra por letra, palabra por palabra, espíritu por espíritu, la idea del mundo dividido en dos mitades que enunciábamos con anterioridad. Por un lado, el imperio que se complace con el dolor ajeno (por cierto, no se pierdan Hombre con mayúsculas). Por el otro, el pueblo puro y virtuoso.

En cualquier caso, hay que reconocer que en los años en que nos limitábamos a elegir entre lo bueno y lo malo todo era más sencillo. Mucho más sencillo. Un simple juego de niños.

Etiquetas
stats