Un detalle sin importancia

 

"Córdoba debe ser la única ciudad del país sin aeropuerto

(Piqué. Jugador del Barça)

Vaya por delante que la frase del central del Barcelona no es de ayer ni de antes de ayer, pero puede valer para hoy y para mañana porque la realidad que retrata es inmutable en el tiempo. Ahora bien: la expresión de Piqué no es correcta. Córdoba tiene aeropuerto. Lo que no tiene son aviones. Por ese lado, la ciudad de la Mezquita (Mezquita-Catedral para ser inexactos) es una urbe absolutamente contemporánea. O sea: una ciudad provista de infraestructuras fantasmas que no tienen nada en su interior.

Vayamos al dato. El aeródromo acaba de inaugurar su nueva pista de aterrizaje para aviones que ni vendrán ni se les espera. Para ello, ha empleado 50 millones de euros, que es una cantidad de dinero lo suficientemente significativa como para que nos duela el estómago a todos los residentes en este disparate. Vale. Ahora tenemos una pista de 2.050 metros de longitud, perfectamente preparada para que un Airbus 320 pueda efectuar maniobras de aproximación con todas las garantías.

Ocurre, en cambio, que no hay ninguna compañía aérea, tradicional o de bajo coste (low cost, en lenguaje cursi), que tenga interés en mantener vuelos regulares con Córdoba. Un detalle, por lo visto, que se les había pasado por alto a los expertos en la materia. En eso, Córdoba no ha cambiado en milenios. Quiere decirse que, desde el Neolítico superior o incluso antes, seguimos empeñados en tener aeropuerto aunque no tengamos aviones.

La última vez que soñamos una línea regular la compañía correspondiente tardó 45 días en desmantelar sus servicios. El fiasco, según se ve, no alteró nuestra determinación secular en perseverar en el absurdo y, desde entonces, hemos pagado una millonada a los parcelistas ilegales para que se marchen del perímetro de cautela y otra morterada en renovar las instalaciones del aeródromo fantasma.

En definitiva, señor Piqué, que sea usted más preciso en sus consideraciones. Leñe.