Apocalipsis
"El debate de la Mezquita puede traer males a Córdoba"
(José Antonio Nieto. Alcalde de Córdoba)
Hay días en que uno no tiene el cuerpo para descolgar el teléfono, llamar al obispo y decirle oiga, monseñor, estese quietecito con la Mezquita, haga el favor, que la política cultural de la ciudad la dirige el menda lerenda y usted nos está dejando la historia de Córdoba hecha una pena.
Entonces, para no incomodar al prelado, con toda la eminencia del cargo, el señor alcalde es capaz de poner patas arriba el Califato Omeya, la capital de Al Andalus, Averroes, la declaración Unesco, la Enciclopedia Álvarez y el Espasa Calpe con sus 107 volúmenes. Para llamar a Google Maps y restituir el nombre de la principal seña de identidad de Córdoba no dejó pasar ni cinco minutos. Ahí no tuvo inconveniente en ejercer de alcalde con todas sus atribuciones. Pero el del obispo, por lo que se ve, no es báculo de este mundo.
Y si monseñor ordena que cese el debate de la Mezquita, pues usted se inviste de hombre de Estado, convoca rueda de prensa y anuncia el apocalipsis en verso. Y, oiga, nos hacemos cargo. La última vez que un alcalde descolgó el teléfono para defender la Mezquita ante el obispo terminó excomulgado. Pero, claro, hablamos de 1523, estábamos en plena Edad Media y la Iglesia dictaba el orden cósmico. Y hoy, en el albor del tercer milenio, según parece, también.
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