Critican que la “moda dañina” de colocar candados como símbolos de amor llega al Cristo de los Faroles
El colectivo Nodo Corduba ha denunciado, a través de un comunicado, la imposición cada vez mayor por parte del turismo de la “moda hortera de poner candaditos como símbolo del amor en zonas patrimoniales”, como es el caso de las balaustradas de la Ribera, que “está toda plagada y ocasiona una fuerte oxidación de los elementos en los que se colocan”, según ha denunciado su portavoz, Manuel Ortega.
Resulta algo que se lleva viendo desde hace muchos años tanto en los puentes sobre el río Sena de París, como en el Ponte Vecchio de Florencia, literalmente plagado de candados, recuerda. Y critica que “el colmo de esta horterada aberrante es que esa moda indeseable ha llegado incluso al Cristo de Los Faroles, aunque los hay más finos y en su lugar han colocado lazos”, ha abundado el portavoz del colectivo en defensa del patrimonio cultural cordobés.
“Al margen de la carga ideológica de que un candado sea símbolo de amor, que ya hay que ser una tanto rancio para pensar eso, es de imaginar que cuando se rompa la pareja vendrán a quitar el candado o, lo que es peor, pondrán otros nuevos”, ha ironizado.
En este punto, Manuel Ortega ha recordado que si tan preocupado está el Ayuntamiento de Córdoba con el problema del vandalismo, debería entender también que esta moda entra dentro de esos parámetros de vandalismo contra el patrimonio histórico de la ciudad de Córdoba y ocasiona daños en los elementos estructurales. “Defender el valor patrimonial de Córdoba incluye evitar que esta moda se extienda y pueda saltar a otros monumentos o evitar el efecto llamada de que un candado llama a otro candado, y debería iniciar un proceso de revisión y eliminación de estos elementos, por lo menos de la zona patrimonial”, ha considerado.
Lo contrario, como está ocurriendo, implica “abandono, falta de vigilancia y descuido del patrimonio”, lo que va unido a que “en la Mesa del Casco Histórico no se ha invitado a todas las asociaciones vecinales, por lo que sigue coja, y se requiere que la Junta Municipal de Distrito comience a funcionar como órgano de gobierno de la ciudad porque englobaría a todo el Casco para iniciar proyectos de seguimiento de ese tipo de situaciones”.
Por otro lado, el portavoz de Nodo Corduba ha considerado que “contaminar” una vista panorámica, como es la de la zona patrimonial desde el Sector Sur, con unas letras que conforman la palabra 'Córdoba', para que funcione a modo de photocall turístico, “deja mucho que desear y dice bien poco de la capacidad de los responsables en esta materia”.
No sólo por las letras en sí, “impuestas desde una parte de la hostelería”, sino por el hecho de que han sido mal ancladas, pudiendo haber causado un accidente grave, y por el “silencio de la Administración sobre su coste”, por lo que “creo que se debería haber preguntado a la ciudadanía si es bonito o no o si lo consideran o no conveniente”, ha puntualizado Manuel Ortega, antes de recordar que supone una ejemplo más de la “gestión neoliberal y el modelo que el alcalde, José María Bellido, impone en la ciudad, a la que ha puesto a la venta al mejor postor, para un turismo insostenible y depredador, que no responde a las necesidades de la ciudadanía”.
Otro ejemplo claro de ello, ha añadido, es que el programa turístico que lleva el Ayuntamiento a Fitur es el que ha impuesto también los empresarios, tal y como ha reconocido en el último Pleno el concejal de Turismo, Daniel García-Ibarrola: “Una bochornosa política de 'sí, bwuana' a todo lo que se imponga desde el empresariado, pero sin contar con la ciudadanía, que es la que en definitiva convive con el turismo y puede ser el rostro amable, cálido y vivo de esta ciudad”.
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