Un especial sábado de Bondad en La Fuensanta

Ya disfrutó la Córdoba cofrade de las primeras chicotás de 2024. Al menos en lo que se refiere al ciclo pasionista. Ocho días faltan para Semana Santa, que desde hace un lustro no sólo se vislumbra con el Pregón sino con una procesión. Este sábado volvió a ser de Bondad, como el previo al de Pasión cada año desde 2019. Lo fue en un barrio tan emblemático como La Fuensanta, cuyas calles recorrió Nuestro Padre Jesús de la Bondad en las Negaciones de San Pedro. Y ocurrió esta vez de forma especial.

Sobre las seis de la tarde se abrían las puertas del Humilladero del Pocito. A esa hora sonaba La muerte no es el final, de Cesáreo Gabaráin. Fue la marcha con que inició la pro hermandad de la Bondad el trayecto por su feligresía. La interpretó la Agrupación Musical Cristo de Gracia, que acompañó de nuevo al titular de la corporación. Vestido con túnica de blanco raso, el Señor no sólo tuvo a San Pedro en escena sino que tras de sí contó con un soldado judío, Orón.

Precisamente la presencia de esa talla, obra de Antonio Bernal, fue el principal estreno de la pro hermandad este año. De esta forma, se amplió el misterio ante el Santuario de Nuestra Señora de La Fuensanta. Cabe recordar que de las gubias del imaginero salieron los titulares de la corporación, así como de las figuras secundarias. Todavía ha de crecer la estampa en torno al pozo en que el gallo cantó tras negar San Pedro por tres veces a Jesús.

El misterio anduvo con flor morada en variedad cromática como exorno y después de que se escucharán también, tras la Marcha Real, Dios está aquí, de Francisco Javier Gacías e Ignacio González, y Discípulos de tu Bondad, de Francisco Moraza. Fueron los sones de los primeros pasos de Nuestro Padre Jesús de la Bondad por las calles de La Fuensanta. Arrancaba así una procesión que se prolongaría hasta bien entrada la noche, casi la madrugada del Domingo de Pasión.