Un tranvía llamado CBM

Acumula cuatro de cuatro. O suma ocho de ocho. Cada cual que lo mire como quiera. Lo cierto es que cuenta por triunfos cada uno de sus partidos y, por tanto, consigue un pleno de puntos. Transcurridas cuatro jornadas de campeonato, es líder del Grupo F de Primera Nacional y ofrece muestras de un poderío apabullante. El Cajasur Córdoba de Balonmano (CBM) es un tren de alta velocidad al que nadie es capaz de frenar por ahora. Los números que logra el cuadro granate hablan por sí solos en un espléndido inicio de temporada en el que apenas encuentra parangón. Las similitudes son pocas y se producen de manera parcial en toda la categoría, y son seis las competiciones que la Estatal engloba. Por ejemplo, el equipo de Jesús Escribano es el segundo máximo anotador de entre 95 conjuntos.

Ésta es la historia, sencilla y a través de cifras, de un tranvía llamado CBM. Un rival, a estas alturas, al que cualquiera ha de tener en cuenta no sólo en su propio torneo sino a nivel global -de cara a la promoción de ascenso-. El equipo cordobés es, sin duda, el más completo de todos cuantos militan en Primera Nacional. De entrada, sólo conoce la victoria en las cuatro jornadas disputadas. El dato lo iguala el Maracena Innjoo, pero los granates encabezan la clasificación gracias a su notable diferencia de goles. Por si fuera poco, la cifra sólo la comparten los de Jesús Escribano con otros seis conjuntos de la Estatal. En este sentido cabe destacar que el líder del Grupo E, el Sant Esteve Sesrovires, tiene disputado un encuentro menos y suma seis de seis -puntos-.

La clave del éxito reside en el trabajo, como no puede ser de otro modo. Pero más allá del tópico, la fórmula para su autoritario mandato la tiene el CBM en el equilibrio entre goles a favor y en contra. El cuadro granate goza de un potencial ofensivo intimidatorio y al tiempo aparece como una muralla en el plano defensivo. En el ámbito anotador el conjunto cordobés cierra sus primeros cuatro partidos con un total de 134 tantos, cifra sólo superada por el Rodosa Chapela, que curiosamente ha de conformarse con el cuarto puesto del Grupo A pese a sumar ya 136 dianas. En lo que se refiere a su competición los de Jesús Escribano acumulan 20 goles más que el siguiente rival con más acierto de cara a portería, el Bahía de Almería (114).

Si funciona en ataque, no lo hace menos, como quedó mencionado, en defensa. Son 88 los goles que por ahora encaja el CBM, lo que hace una media de apenas 22 por partido -por los 33,5 a favor-. La estadística le convierte en la cuarta escuadra menos goleada del Grupo F y la séptima de toda la Primera Nacional. De ahí que la balanza tiende a desequilibrarse con mucha más facilidad para un equipo, el de Escribano, que supera claramente sus guarismos de la pasada campaña. La anterior temporada los granates cerraron las cuatro primeras jornadas del campeonato con cinco puntos, por lo que ya sabían lo que era perder. Eran sextos entonces, con 108 goles a favor, que son 26 menos que este curso, y 105 en contra, que son 17 más que actualmente.

Sus números invitan a pensar con total optimismo, por mucho que no haya que lanzar las campanas al vuelo con tanta prontitud. Y son reflejo de un crecimiento constante por parte del cuadro granate, que en cada partido consiguió una ventaja superior al inmediatamente anterior. Arrancó la temporada con un 26-31 en la pista del Bahía de Almería que convirtió en un 30-19 ante el Villafranca de Extremadura. De cinco a once goles de diferencia, y de esta última a los trece de Tenerife (21-34). En la última fecha, la cuarta -disputada el pasado fin de semana-, la renta favorable creció hasta los 17 tantos ante el Gourmet Ampate Lanzarote, que a punto estuvo de llevarse 40 dianas en su contra (39-22). A nivel individual, por cierto, Antonio Hidalgo se cuela en el Top Ten de goleadores del Grupo F con un total de 19 perforaciones de red. También baten con facilidad a los porteros rivales Aitor Gómez y Juan José Ortega, al hacerlo ambos en 18 ocasiones.