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“Con tantos éxitos, que no tuviera una medalla olímpica, no podía ser”

Fátima Gálvez, junto a Alberto Fernández, en Tokio

Rafael Ávalos

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Lo es para toda la provincia pero sobre todo para su localidad natal. Desde hace unas horas, las primeras de la mañana, este sábado es un día histórico para Baena. Tanto como para el deporte cordobés, así como español e incluso mundial. Con un tópico de por medio, el aceite es ya mucho más oro líquido. Y todo es gracias a Fátima Gálvez, una referente de unos años a esta parte y que ahora inscribe su nombre en el Olimpo. Se cuelga una medalla de oro en los Juegos de Tokio y establece un hito múltiple. En primera instancia sobresalen dos detalles: es la primera máxima presea del país en la cita de Japón y también es el primer metal en la modalidad, de equipo mixto. Porque su logro, no ha de olvidarse, lo alcanza de la mano de Alberto Fernández, compañero en foso olímpico.

Sobrados motivos tiene Baena, por tanto, para vivir, como mínimo, una intensa jornada de celebración. Más si cabe la familia de la tiradora, que festejó por todo lo alto la gran actuación de su “niña” desde las dos de la madrugada. Sus padres eran los principales protagonistas en un salón donde no cabía un alfiler, el de su casa, donde incluso se reunían vecinos y vecinas. La imagen era de felicidad absoluta, como no podía ser de otra forma, cuando las cámaras de Televisión Española (TVE) mostraban la inolvidable experiencia en el hogar Gálvez Marín. “Se lo merece”, aseguraba una de las hermanas de la campeona olímpica, que admitía que vivieron la final “con muchos nervios, muy angustiados”. “Llorábamos, reíamos, ya no sabíamos que íbamos a hacer”, confesó.

Pero si una persona estaba henchida de satisfacción era la madre de Fátima Gálvez, Josefina Marín, que incidió en un aspecto que ha de resaltarse una y otra vez. Esta medalla, que además es la mejor posible, hace justicia a una trayectoria deportiva de primer nivel. Básicamente porque era el trofeo que le restaba, un metal olímpico que se había convertido en un anhelo más que en un sueño. Sobre todo después de rozar la presea de bronce en Río de Janeiro 2016. “Esto es una cosa que se merecía. Con tantos éxitos, que no tuviera una medalla olímpica, no podía ser”, aseveró “la madre de la niña”, como se presentó, con simpatía, a la cadena pública. “Ayer se lo dije yo, que se llevaba el oro”, añadió después. 

Josefina Marín admitió saber que la deportista comenzó la ronda de clasificación con cierta ansiedad, “porque cuando se pone nerviosa se toca el bajo de la chaqueta y estaba así”. Poco importaba eso ya pues Fátima Gálvez estaba a punto de colgarse el oro, lo que hizo su propio compañero, Alberto Fernández, en una imagen memorable. La felicidad era extrema también en su padre, Pío Luis, quien no pudo más que afirmar que “esto es muy emocionante”. “Es una cosa grandísima para nosotros y para todo el pueblo”, agregó. El progenitor de la campeona, que fue quien asistió a los inicios en el tiro al plato de la dorada olímpica, también destacó la importancia de la unión entre la medallista y Alberto Fernández. Ambos, por cierto, acumulan numerosos éxitos en la modalidad de equipo mixto desde hace tiempo. “Es un fenómeno, el mejor que hay en España y en el mundo. Con mi Fátima, hacen una pareja fabulosa”, subrayó.

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