“No me voy a conformar. Quiero estar mucho tiempo aquí”
Durante esta semana es el gran foco de atención allá por donde va y la conocen, aunque ya es protagonista desde hace tiempo y lo será durante todo el año. Todos le preguntan por ese partido, ese tan importante y que está tan cerca. “¿Es este domingo, María José?”, le pregunta uno de los trabajadores del IDM Fontanar, las instalaciones deportivas donde entrena. “Si, éste ya”, responde ella con una sonrisa. Un gesto que no se le desdibujará de la cara en toda la mañana, y posiblemente tampoco en todo el año. No juega ningún equipo cordobés, pero de ese choque estarán pendientes muchas personas en la ciudad. La gente se acerca a saludarla y desearle suerte. Conocen su historia y saben perfectamente que el camino que ha recorrido no es nada fácil. “Esta equipación la estoy estrenando justo hoy”, dice ella sobre la nueva indumentaria arbitral para la presente temporada. Un poco de nervios y de nuevo sonriente, como ese niño que estrena mochila nueva para su primer día de colegio. En cambio, para María José Villegas Navas (Córdoba, 1992) será este domingo.
Ese es el día marcado con rojo en el calendario. La jornada de su debut, arbitrando un encuentro de Primera División de fútbol femenino y formando parte de un grupo de élite de hasta 20 colegiadas designadas por el Comité Técnico de Árbitros (CTA). Un Albacete-Madrid CFF en la Ciudad Deportiva Andrés Iniesta (11:00 horas). Mucha historia del fútbol por ahí. Será además la primera cordobesa en alcanzar un hito así. Aún le cuesta creérselo, pues hace unos tres años estaba dirigiendo partidos de prebenjamines. Esfuerzo, trabajo y un ejemplo de que todo puede lograrse si uno quiere.
PREGUNTA. Este domingo haces historia, convirtiéndote en la primera árbitra cordobesa en dirigir un encuentro de la máxima categoría del fútbol femenino español, la Liga Iberdrola.
RESPUESTA. Se afronta con mucha ilusión. El día se acerca y lo tengo muy presente, y nada, intentando sobre todo estar al 100%, sabiendo que tengo que dar todo de mí, y estar muy pendiente de cada jugada y estar también muy conectada con las asistentes.
P. Además, un partido bonito, en la Ciudad Deportiva Andrés Iniesta, con el conjunto local, el Albacete, frente al Madrid Femenino, también recién ascendido.
R. La verdad es que creo que va a ser un partido muy bonito y muy disputado, porque, pese a no ser dos grandes de los que han estado en los primeros puestos y demás, tienen la ilusión intacta de los primeros partidos, y creo que vamos a vivir un encuentro bastante disputado. Y yo tendré la suerte de poder dirigirlo.
P. ¿Cómo te sentiste al recibir la noticia de que estabas dentro de este grupo de élite?
R. Me quedé un poco impactada (risas). De hecho, no supe reaccionar, porque al final sabes que la constancia y el trabajo tienen su resultado, y cuando me llamó el delegado me quedé en shock. Me dijo «chica reacciona», y yo «pues ya lo iré asimilando poco a poco». Y nada, al final te das cuenta de que estás ahí. Yo supongo que el domingo, cuando me toque dar el saque inicial, ya estaré más metida en esto aún. Pero estoy muy ilusionada.
P. ¿Hay presión?
R. La presión está ahí, pero claro eso ya es relativo a cada uno cómo se lo quiera tomar. Yo creo que es una presión que tengo, pero positiva, porque si no lo afrontas así, los partidos previos no se hubieran podido superar. Es verdad que ahora nos van a mirar con mucho más detalle, estamos expuestas, y la élite lo que quiere son árbitras de élite. Tenemos que estar a la altura y esa presión la noto, pero con la tranquilidad de que sé que la tranquilidad mía en el partido me hará hacerlo mejor. Entonces, contando con eso, será más positivo.
P. El crecimiento del fútbol femenino en España es notable, con la apuesta cada vez más decidida por esa Liga Iberdrola, cada vez con más repercusión, y además ahora con el hecho de que todos los encuentros serán arbitrados por mujeres. ¿Cómo valoras esto?
R. Yo lo valoro muy positivamente, porque así tenemos la oportunidad de llegar a la élite, que no se consigue tan fácilmente. De hecho, aquí en España no hay ninguna árbitra en Primera División masculina. Entonces esa apuesta no hace más que respaldar a las mujeres para llegar a la máxima categoría, pitando el nivel femenino, que yo creo que es una apuesta muy interesante y muy acertada.
P. ¿Se puede vivir del arbitraje en la categoría femenina?
R. Yo creo que es un salario extra, que no es igualitario como el salario masculino de Primera División. Entonces claro, es algo extra que también depende del tema físico, de lesiones y demás, que muchas veces nos condiciona, y están fuera de nuestro control. Yo creo que es necesario tener algún sustento aparte que te permita vivir cómodamente.
P. ¿Cómo ha sido tu evolución en el mundo del arbitraje?
R. Yo empecé hace muy poco. Hace tres temporadas, esta va a ser mi cuarta, y fue todo de escuchar a una amiga que tenía otra amiga que estaba metida, y conforme me lo dijo, pues fui a probar. El no ya lo tenía, y si no me gustaba, siempre podía retirarme. Empecé y me gustaron mucho las clases, el contacto con los niños de fútbol 7, los valores que se inculcan, el hacerte respetar, la toma de decisiones y que la gente te haga caso. Y al final te vas enganchando, y vas creciendo también personalmente, superando retos. La verdad es que no tengo nada negativo que decir del arbitraje hasta ahora, ya que todo está siendo muy positivo, y estoy muy contenta.
Esta temporada pasada estuvimos arbitrando en Segunda División femenina, y ahora incluso también nos han asignado algún partido. Pero vaya, esto ha sido independiente a la parte masculina. Una vez llegas eres de nuevo ingreso, al año siguiente eres oficial, luego provincial, que serían partidos entre pueblos y demás, y éste último se dio la oportunidad, independientemente de la categoría masculina que pitara, aunque teniendo algo de experiencia en partidos de fútbol 11, de poder pasar unos tiempos, tanto a nivel físico como teórico, para pasar la clasificación de cada comunidad. En Madrid, en Las Rozas, de esa selección andaluza, eligieron a dos, que fuimos la jienense Inma Prieto y yo.
P. ¿Recuerdas tu primer partido?
R. Lo recuerdo, porque fue un partido tenso, por mucho que fuese un partido de prebenjamines. Es verdad que los niños no se te van a quejar, sino más bien por ser una situación nueva, y por los nervios, ya que son niños que están jugando con mucha ilusión, y tienes que hacerlo bien. Los padres están muy pendientes también. Ves que te equivocas, que es algo normal, y te insultan, y claro, es la situación nueva. Después vas mejorando y esas situaciones ya no son tan asiduas. Vas cogiendo confianza. Pero ese primer día lo pasé realmente mal (risas).
P. ¿Cómo se ve ahora en perspectiva? De prebenjamines a arbitrar a lo mejor del fútbol femenino en España.
R. Lo piensas así y dices guau, jamás me lo hubiese imaginado. Pero la verdad es que como me gusta tanto el fútbol, pues siempre he ido corrigiendo mis errores. El hecho de no precipitarme, y antes pensar y tomarme unos segundos antes de tomar una decisión. Ir también haciendo un poco de autoanálisis para que no se vuelvan a repetir, también ganando más carácter, teniendo más visión de juego. Esas cosas que te las va dando la experiencia.
P. Posiblemente la figura del árbitro esté más infravalorada en el fútbol que en cualquier otro deporte. ¿Has tenido algún problema en este tiempo?
R. Bueno, así algo gordo de que se hayan tenido que presentar las fuerzas del orden público, pues no. La verdad es que siempre han sido protestas o gente que se encara entre ellos, los jugadores… Pero contra mí tampoco ha sido algo excesivo, que yo haya tenido que parar el partido y llevarlo a otro ámbito. Al final, yo creo que te haces respetar, cuando tú también sabes ponerte en tu postura y ven que no estás allí para tonterías.
P. ¿Cómo ves la situación del fútbol femenino cordobés? Una jugadora asentada en Primera como es Rocío Gálvez, tres equipos en Segunda, y en la cantera ha surgido hace muy poco el CD Las Piconeras, exclusivamente femenino.
R. Yo veo que esto va en auge. De hecho, cuando yo jugaba esto para nada era así. Debías dedicarle mucho tiempo para encontrar algún equipo que tuviera niñas, porque la cosa estaba muy complicada. Y ahora que esto está en auge, pues hace que las niñas al final realmente encuentren su pasión, porque, aunque tú la tuvieras, si no te dan esa oportunidad cuando eres niña, puede que pase inadvertida. Y ahora hay muchas niñas, que puedes encontrar en Piconeras o en otros equipos, que encuentran su pasión. Lo veo muy positivo, y que debe ir en aumento, ya que tanto niños como niñas se merecen buscar el deporte con independencia de su sexo. Es discriminatorio pensar que una chica por el hecho de serlo no puede jugar al fútbol porque sea un deporte masculinizado. Eso debe desaparecer.
P. ¿Hay límites en el reglamento para las mujeres en la categoría masculina?
R. No, más bien los límites son de edad, porque ya también se piden árbitros más jóvenes, que ganen experiencia y que lleguen a Primera con menos edad y con más proyección. Es verdad que los criterios están basados en la edad, los tiempos, las bonificaciones, que puede ser que una chica pase los tiempos, pero la bonificación extra que se les da por un margen de tiempo a los chicos, pues es donde no podremos llegar físicamente, porque tenemos una fisiología diferente. Pero no es imposible. De hecho, en Alemania ha debutado una mujer en la Bundesliga, y eso es un orgullo ver que al final lo que se valora ahí es la profesionalidad del árbitro, independientemente de su sexo.
P. ¿Te planteas objetivos a medio plazo?
R. Como he dicho hasta ahora, y me ha ido bien, ir paso a paso, lo que se vaya presentando. Las siguientes pruebas hacerlas otras vez, bajar tiempos si se puede, y siempre un poco pensando no solo en categoría femenina, sino también masculina. Poder bajarlos, bonificar, y quién sabe, si pudiera ascender a Tercera División para mí sería un logro. Pero claro, eso está por ver. Pero vamos, yo no me voy a conformar, puesto que el que se conforma, se acomoda y puede hasta descender, y yo lo que quiero es estar aquí mucho y dar lo mejor de mí.
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