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La loca coreografía de la balada del descenso

El Córdoba no logró el gol | MADERO CUBERO

Paco Merino

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Un Córdoba esforzado pero sin patrón, suerte ni oficio cae ante un discreto Athletic | Los de Romero encajan su séptima derrota consecutiva en casa y se hunden en la clasificación

Lo que hace no le sirve. Y ya está. No hay nada más que hablar. El Córdoba encajó su séptima derrota consecutiva en El Arcángel y sigue añadiendo plusmarcas aberrantes a una temporada que nadie olvidará. Al Athletic le bastó mantener el orden, aprovechar una pifia de su adversario y controlar en el mediocampo con un Beñat excelso para hacer lo mismo que hacen todos los que este curso pasan por El Arcángel, donde apesta a resignación. El equipo no va a salvar a categoría, pero sí puede ofrecer lo que pretendía su técnico: una sonrisa a la afición. Ni eso. Se quedó a medias. Su despliegue fue un amago y el premio una tosca mueca en los seguidores que resistieron hasta el final. Ya ni siquiera hubo protestas. La gente se marchó consciente de que todo ha terminado. Dentro de unos días llegará el Barcelona de Messi, pero al cordobesista de a pie ya le da lo mismo. La crueldad del espectáculo no es apta para espíritus sensibles. Los locales tuvieron un arreón en el tramo final de la primera parte. Pudieron marcar, pero... Podría decirse que es culpa de la fatalidad, pero sería un tonto consuelo o una burda mentira. Se cometieron errores: atrás, pocos; delante, muchos. Y ahí queda el resultado.

A Romero le pareció buena idea repetir el once de El Madrigal, donde el Córdoba logró después de catorce partidos mantener su portería a cero. Una razón más que poderosa para un equipo cuya paupérrima producción ofensiva le obliga a rozar la perfección en la retaguardia. Pero, claro, volvía de su sanción Aleksander Pantic y dejar fuera al serbio pudiera parecer una frivolidad. La solución fue sacar a Gunino para desplazar a la banda a Crespo y dejar al internacional sub 21 cedido del Villarreal en el eje al lado de Deivid, central reconvertido a pivote y ahora nuevamente en su sitio natural. Y el sevillano cedido por el Bolonia, que empezó la Liga en el Santiago Bernabéu en el flanco diestro, repitió experiencia. En resumen, que lo de repetir línea defensiva -una opción posible- se quedó en la inclusión de una pareja de centrales inédita y un lateral que llevaba desde agosto sin tocar ese puesto porque como central se había comportado de fábula. Este Córdoba es una pretemporada interminable, una ruleta rusa, un boceto que no deja de sufrir retoques. En su antepenúltima cita en casa, con un solo partido ganado ante su gente, la formación blanquiverde volvió a zarandearse. No estuvo, por cierto, Nabil Ghilas. El argelino, autor del gol que dio en San Mamés al Córdoba una victoria histórica, se quedó fuera. El héroe de antes no es nadie ahora. Así funciona esta transición a cámara rápida. Romero se encomendó a Bebé, ese tirador compulsivo que remata cada vez que le viene en gana -pero no marca-, y al guerrero Florin Andone, el chico que está en el escaparate con la etiqueta del precio puesta.

La noche empezó fría, con dos equipos que parecían estar allí porque lo mandaba el calendario y poco más. Los anfitriones, con su crisis a cuestas y sus objetivos tirados al retrete. Los forasteros, en el limbo de la media tabla y con poco que decir más allá de adecentar el tramo final y apretar a los equipos de la zona europea. El pleito, fofo y sin tensión, no despertaba a un graderío que se entretenía lanzando cánticos contra Carlos González y vitoreando a Florin. En los primeros veinticinco minutos no se produjo ni un solo disparo entre los tres palos. El Athletic no atraviesa por sus mejores tiempos, pero es un equipo sacrificado, pegajoso, con un inventor en el medio como Beñat Echeverría y un delantero, Aduriz, al que no se puede dejar un metro. Se sostuvo bien frente a un Córdoba bien amarrado atrás pero, como viene siendo habitual, tendente a la solución individual cuando se trata de atacar.

El sopor dejó paso, de manera sorprendente, a una fase trepidante. Florin Andone tuvo la primera. El rumano se encontró con un balón franco a quince metros de la portería. Con todo a favor, le pegó a la pelota de manera deficiente. Tanto que terminó saliendo por la banda. La afición coreó el nombre de Florin, una vez más, a pesar de la horrible pifia del 28 blanquiverde. Eso es amor. El Athletic reculó un poquito y el Córdoba se encontró más cómodo. Se hizo el valiente y eso le vino bien. Bebé, en un lanzamiento de córner, estrelló el balón en el larguero. Es el tercer lanzamiento al palo del portugués en esta Liga. En la acción siguiente, Florin se levantó entre la defensa rojiblanca para rematar de cabeza y obligar a Gorka Iraizoz a realizar una espectacular parada. El rechazo le cayó a Crespo, que envió fuera. La grada hervía.

La respuesta del Athletic fue inmediata. Beñat colocó un balón magistral en el área y San José, que llegaba en carrera, le pegó con todo. Entre Juan Carlos y el palo abortaron la ocasión. El alcarreño se convirtió al filo del descanso en héroe tras realizar una de las mejores paradas del año ante un cabezazo de Aritz Aduriz. La larga ovación que le tributó al público al guardameta cordobesista selló una redención. La última vez le despidieron con pitos. Esto es el fútbol. Y aún pudo moverse el marcador en el tiempo añadido. El Córdoba armó una contra en superioridad y puso un nudo en la garganta a todo El Arcángel. Fede Cartabia decidió terminar la jugada y lo hizo con un disparo fuerte, pero previsible, que detuvo Iraizoz.

En el inicio del segundo tiempo se mostró fogoso el Córdoba. La tocó bien desde los primeros instantes. El Athletic no presionaba demasiado y los locales actuaban liberados, sin nada que perder. Fidel tuvo un balón ideal para haber llevado al delirio a El Arcángel. Se lo sirvió Crespo, pero el onubense, en carrera, colocó mal el pie y la pelota acabó fuera ante el alivio de Iraizoz, vencido sobre el césped. Pero llegó la puñalada. Y llegó como casi todas. Por un error absurdo. Juan Carlos y Pantic estuvieron cediéndose la pelota ante la tibia presión de Williams y Aduriz hasta que el serbio decidió que había que sacarla de allí. Lo hizo mal y el balón terminó en los pies de Beñat Etxeberría, que la tocó con pericia para despistar a Juan Carlos y firmar la ventaja bilbaína. Para añadir su pizca de desgracia, la pelota tocó en Deivid antes de alojarse en las redes.

Con el 0-1, Romero sacó del campo a un silbadísimo Abel Gómez y colocó a Fede Vico, dejando una defensa de tres con Crespo, Deivid y Pantic, adelantando las posiciones Edimar y el propio Vico. Los blanquiverdes no bajaban los brazos -bueno, no todos-, pero sus carencias son suficientemente conocidas. Les cuesta la vida crear oportunidades más allá de guerrillas en solitario. Sin suerte, además, su existencia en Primera es una verdadera tortura. Bebé siguió engrosando su estadística de disparos sin destiino, Cartabia apagó la luz y Florin se peleó con todo el que se le puso por delante. Unos cuantos gestos, muy pocos hechos. Y el Athletic, a lo suyo. Los cambios no aportaron apenas nada a un Córdoba que asumía su digna derrota ante un Athletic que pudo aumentar su cuenta con un trallazo de Aduriz que despejó un excelente Juan Carlos. Que el portero volviera a ser el destacado en un choque casero dice poco a favor del Córdoba, cuya loca coreografía despierta la cariñosa lástima de unos rivales que le vencen con muy poco. El Athletic, sin deslumbrar en absoluto, se llevó los tres puntos a casa y dejó El Arcángel en silencio, mudo de fútbol y esperanza.

FICHA TÉCNICA

CÓRDOBA CF, 0: Juan Carlos, Crespo, Pantic, Deivid, Edimar, Krhin, Abel Gómez (Fede Vico, 60'), Fede Cartabia (Héldon Ramos, 70'), Fidel (Fausto Rossi, 80'), Bebé y Florin Andone.

ATHLETIC DE BILBAO, 1: Gorka Iraizoz, Aurtenetxe, Laporte, San José, Beñat, De Marcos, Ibai (Gurpegui, 77'), Etxeita, Aketxe (Mikel Rico, 69'), Williams (Viguera, 86') y Aduriz.

ÁRBITRO: José Antonio Teixeira Vitienes (Comité Cántabro). Amonestó con tarjeta amarilla a Florin Andone y Fede Vico y por parte del Athletic a Williams, Etxeita y San José.

GOL: 0-1 (55') Beñat.

INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a la jornada 33 del campeonato nacional de Liga BBVA, disputado en El Arcángel ante unos 17.000 espectadores.

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