La inquietud del bádminton ante un futuro incierto
El deporte modesto es el gran perjudicado después de toda la problemática que ha traído consigo el Covid-19. Mientras muchos miran las posibles consecuencias económicas que puede sufrir el fútbol tanto a nivel nacional como autonómico, el ámbito polideportivo está agonizando en busca de ayudas rápidas. Los amantes de estos deportes minoritarios están perdiendo el interés debido a que no disponen de las condiciones necesarias para reactivar el funcionamiento habitual en sus principales instalaciones. Asimismo, y especificando más, el Club Bádminton Córdoba está en uno de los peores momentos de su historia. “Estábamos cosechando éxitos, pero en marzo todo se paró”, admite Miguel Muñoz, vicepresidente de esta entidad a CORDÓPOLIS.
El Covid-19 ha obligado a los deportes más minoritarios a desarrollar su actividad siempre con cautela, a expensas de lo que pueda llegar a pasar. Todas las competiciones a partir de mayo han sido suspendidas y volverían, siempre y cuando el virus lo permita, en septiembre. Ahora es el momento de que todo el deporte nacional se mantenga pendiente de cómo evoluciona el coronavirus en nuestro país para que las circunstancias acaecidas en los últimos meses no se repitan. Si esto llegase a suceder, una actividad minoritaria como esta podría llegar a desaparecer.
Y es que, en la actualidad, el club está ahora mismo inactivo. El Covid-19 ha hecho saltar todas las alarmas en unos deportes minoritarios que no tenían las herramientas necesarias en el caso de que hubiera una emergencia sanitaria como esta. Además, el Club Bádminton Córdoba depende de los centros educativos públicos a la hora de desempeñar sus entrenamientos. Dadas las circunstancias y la incertidumbre que reina en la sociedad actual, hasta que no aprueben esta actividad y sus horarios, este deporte -como tantos otros- no pueden reactivar su trabajo. “Nos llegan a cobrar por el uso de las instalaciones como es el caso de los centros de Secundaria”, apunta el vicepresidente del club.
Aunque el éxito deportivo palia una campaña dura. Esta temporada estaba siendo muy buena a nivel de resultados y Muñoz -que, además de ser vicepresidente del club, es entrenador-jugador representando a la entidad- asegura que este curso estaba siendo muy bueno en cuanto a resultados se refiere. “Fuimos a jugar incluso a nivel andaluz con nuestros niños y niñas, y estuvimos en los dos torneos provinciales que se pudieron jugar”, afirma un Miguel Muñoz que tiene miedo a que sus jugadores se puedan arrepentir de practicar este deporte. “El problema es que podríamos estar parados casi medio año”, explica.
Otro caso pendiente es el nuevo coste económico que supone para el deporte entrar en la nueva normalidad. El uso de geles alcohólicos y la desinfección en el uso de herramientas, como las raquetas en este caso, suponen una subida en el precio a la hora de realizar la actividad física. “Aunque falten algunas subvenciones casi íntegras por pagar, tendríamos liquidez para afrontar posible gastos en materiales de limpieza y desinfección”, asegura un Miguel Muñoz que no sabe cómo responderán sus jugadores de cara a una nueva normalidad que se plantea muy distinta a la anterior. El deporte minoritario necesita ayuda.
Deportes minoritarios antes y después del Covid-19
La esgrima y el “espíritu cansado” de los deportes minoritarios
0