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Una inoportuna avería que reparar

Narváez se lamenta mientras los jugadores del Huesca celebran un gol | ÁLEX GALLEGOS

Rafael Ávalos

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Llega en el peor momento. Se produce justo cuando los errores tienen un precio más alto para quien los comete. Ocurre en el período en el que cada resultado importa, los propios y los ajenos. El Córdoba atraviesa una situación delicada en el comienzo del tramo final de campeonato. Por vez primera, el conjunto blanquiverde encadena dos derrotas desde que Sandoval tomara las riendas del vestuario. Un hecho éste cuya causa principal es una inesperada debilidad defensiva. El cuadro califal vuelve a sufrir la fragilidad que tanto daño le hiciera a lo largo de la temporada después de solventar este problema a las órdenes del preparador madrileño, circunstancia que sobresaliera ante el Huesca este sábado. Es una inoportuna avería que reparar, cuanto antes dado el instante en que se encuentra el campeonato, y por ende el equipo.

El Córdoba está de nuevo en situación crítica, pues compleja no lo dejó de ser antes. Después de ceder ante la escuadra oscense, ya no depende de sí mismo y requiere un triunfo lejos de El Arcángel. Una victoria que ha de sumarse, por supuesto, a otras dos en los otros tantos partidos que restan en el coliseo ribereño. Tarea difícil, que no imposible, con el calendario en la mano: toca visitar al Rayo el próximo domingo para después recibir al Almería y al Sporting, con un viaje a Reus entre medias. El nivel de los rivales y lo que tengan en juego sin embargo es lo de menos a estas alturas, en las que únicamente guarda interés la capacidad propia. En este sentido los blanquiverdes están obligados a reconducir su rumbo cuanto antes.

Se encuentra el cuadro califal la actual realidad al vivir la racha, por muy breve que por ahora sea, con Sandoval en el banquillo. Por vez primera pierde dos encuentros de forma consecutiva con el técnico al frente. Las derrotas de León y ante el Huesca son tantas como las que acumuló el Córdoba en las diez anteriores jornadas. De hecho, si se borra el choque con el Granada y atiende a la dinámica que permitió entrar en la lucha por la permanencia cuando parecía una posibilidad utópica, es una más que en nueve choques desde que el conjunto blanquiverde venció al Valladolid. Está claro que la racha debe ser cortada de raíz, puesto que el tiempo se agota. Y el margen de error vuelve a ser demasiado estrecho.

A esta situación se enfrentan los de Sandoval con la reaparición de su peor problema esta campaña. Éste no es otro que la facilidad a la hora de encajar gol. De la mano del técnico de Humanes, la escuadra califal logró mantener su portería a cero hasta en cuatro ocasiones. Un síntoma de fortalecimiento que se tradujo en la cifra de dianas en contra desde que llegó el madrileño. En diez jornadas, el equipo recibió ocho goles, que son sólo dos más que en las dos más recientes contiendas. De nuevo, si se tacha el partido ante el Granada el dato es más difícil de digerir. Después de que el Huesca le endosara cuatro, el Córdoba vio batida su meta seis veces, que son tantas como en los nueve enfrentamientos anteriores. Se trata de una grieta que ha de cubrirse a la mayor brevedad, y curiosamente el siguiente rival cuenta en sus filas con el segundo máximo artillero de la categoría.

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