Imágenes congeladas para corazones muy calientes

Luis Alguacil inaugura al lado de emblemas del cordobesismo su exposición de fotografías sobre el ascenso a Primera División

Si no hubiese sido por el gol que anotó en el descuento Uli Dávila en Las Palmas, las doscientas personas que se apiñaban en el Patio Barroco de la Diputación Provincial en una calurosa noche de agosto cordobesa hubieran estado en la piscina, tomando una cerveza en un velador, unas sardinas en La Carihuela o tratando de saber si la Liga de Segunda iba a tener 22, 23 o vaya usted a saber cuántos equipos. Pero no. Todos estaban alli emocionándose, una vez más, con la visión del gol de un delantero mexicano que ahora anda buscándose la vida en el Chelsea y que ya forma parte de la memoria colectiva de una ciudad. Como las fotos de Luis Alguacil, que durante todo el emocionante curso 13-14 fue recogiendo con su cámara la azarosa trayectoria del Córdoba en su camino hacia la gesta del retorno a Primera. 43 años después y en color, como refleja el título de una muestra que estará expuesta hasta el próximo 8 de septiembre.

Abel y Bouzón compartieron protagonismo con el autor, que dedicará todos los beneficios de la venta de las fotografías (a 10 euros por ejemplar) a la Asociación Síndrome de Down de Córdoba, una noble causa que recibió el aplauso de cuantos acompañaron al fotógrafo el día de la inauguración. Allí se pudo ver a Rafael Campanero -presidente de honor del Córdoba, con 88 años-, a los ex jugadores Miguel Reina y Manolo Garrido -que precisamente jugó de blanquiverde en el Bernabéu-, al técnico Rafa Berges, a miembros destacados del mundo peñístico y a numerosos amigos de Alguacil, que no pudo contener la emoción ante el estreno de una exposición que supone para él algo más que un trabajo. Su corazón es blanquiverde y eso se deja sentir en cada una de las imágenes que ha capturado con su cámara. En un campo de fútbol hay dolor, lágrimas, alegría, decepción, esperanza y solidaridad. Como en la vida.