Y con González en el palco
“Gracias, gracias a todos...”, iba diciendo a todo el que se le cruzaba en el camino José García Román, presidente del Córdoba Patrimonio de la Humanidad, que añadió nuevas sensaciones a su colección de vivencias en los últimos seis años. El estreno fue victorioso en todos los órdenes: el primero, en lo deportivo. El 1-0 ante un clásico de la categoría como Osasuna Magna homologa el potencial del Córdoba, compuesto en su mayoría por jugadores nacidos en la provincia que debutaban -como su entrenador, Maca- en una cita del más alto rango. También fue una victoria en lo social, con un respaldo amplio en las gradas -se cubrieron 2.496 asientos en Vista Alegre- y un palco de autoridades en el que se congregaron personalidades de la política y el deporte. Destacó uno: Carlos González, expresidente del Córdoba y en su momento impulsor del equipo de fútbol sala cuando logró una plaza en Segunda División y necesitaba respaldo económico.
La presencia del empresario -actualmente enfrascado en una guerra judicial con el actual mandatario blanquiverde, Jesús León- provocó que le apuntaran los flashes de los fotógrafos, pero poco más. Se mantuvo en un lugar apartado de la primera fila del palco, acompañado por miembros de su antiguo equipo como el asesor jurídico Antonio Romero Campanero o el anterior jefe de los servicios médicos cordobesistas, Javier Bejarano. También estuvo Francisco Jiménez, exempleado del club y ahora enrolado en el Córdoba Patrimonio de la Humanidad.
Sí fue más solicitado por los seguidores Enrique Martín Monreal, actual entrenador del Córdoba CF, que se dejó caer por Vista Alegre para ver a “su” Osasuna. El navarro se hizo unos cuantos selfies con aficionados y departió durante unos momentos con Carlos González en la grada del Palacio de Deportes. Allí Martín, que confesó en su día la emoción que le produce escuchar el himno del Córdoba en El Arcángel, pudo comprobar también cómo Vista Alegre es una sucursal del cordobesismo con una pasión que se dejó sentir en las fases cruciales del partido.
El alcalde de la ciudad, José María Bellido, se sentó al lado del presidente del Instituto Municipal de Deportes (Imdeco), Manuel Torrejimeno, y del delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía, Antonio Repullo. A todos se les vio saltar, aplaudir y hasta cantar el himno del Córdoba al final del encuentro, cuando se desató la euforia colectiva y los jugadores -algunos de ellos con lágrimas en los ojos- se acercaban a las gradas para abrazar a sus amigos y sus familias. Y, sobre todo, a su presidente: José García Román, el visionario al que un día se le ocurrió montar un equipo de fútbol sala que, en poco más de seis años, ha terminado colocando a la ciudad en el mapa del deporte profesional en el curso 19-20.
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