Entre la escalada que no cesa y una reacción por confirmar
El Lucena encadena seis jornadas consecutivas sin conocer la derrota y ya es séptimo, buen espejo para un Córdoba B que espera tener en el empate de La Roda su punto de inflexión
Dos situaciones bien diferentes viven en lo que va de temporada los representantes cordobeses del Grupo IV de Segunda B. Mientras el Lucena consigue estar ya en la zona noble de la tabla, cerca de los puestos que dan derecho a jugar el play off de ascenso, el Córdoba B es uno de los dos equipos que no conoce todavía la victoria y se mantiene en el último lugar de la tabla. La distancia entre los dos equipos se hace cada vez más grande, aunque quién sabe si en próximas fechas queda reducida o al menos no se produce con uno de ellos, el filial blanquiverde, hundido en los puestos de descenso. No en vano, el conjunto que ahora dirige José Antonio Romero consiguió sumar de nuevo tras varias jornadas en la que se disputó este fin de semana y quizá abre la puerta a la reacción esperada, la misma que inició hace seis el cuadro celeste.
Porque los lucentinos no tuvieron tampoco un buen comienzo de Liga, ya que en las primeras cuatro fechas del campeonato sólo lograron llevar a su casillero tres puntos, cosechados con sendos empates. Incluso, el equipo de Falete llegó a caer goleado (3-0) en la tercera jornada con motivo de su visita a La Roda, precisamente el lugar del que arrancó un punto el Córdoba B este domingo. Pero las circunstancias cambiaron para la escuadra aracelitana, que en la quinta cita liguera cosechó su primer triunfo y comenzó una escalada que hasta ahora no encontró su final y parece ir para largo. Son seis los partidos que encadenan los celestes sin conocer la derrota, con cuatro victorias y dos igualadas. A ese buen dato se debe sumar que en ese tiempo sólo han encajado un gol, por los cinco que recibieron en las tres primeras jornadas -dos en Sevilla y los tres de La Roda-, algo que les lleva a ser el segundo menos goleado del Grupo IV en este momento, sólo superados por La Hoya Lorca e igualados con el Cádiz.
Esa dinámica es la que otorga al Lucena la posibilidad de ver las cosas de otra forma bien distinta a cómo las veía en el inicio de la temporada. Los de Falete dejaron atrás la zona de descenso y ya están en séptimo lugar y a sólo dos puntos del cuarto. Todo cambió para el conjunto celeste, que no quiere encontrar su techo aún. El fútbol es cuestión de rachas y a esa filosofía se quiere agarrar el Córdoba B para dejar atrás un comienzo de Liga destacable pero por sus malos guarismos. El filial blanquiverde, que se estrena en la categoría de bronce, se presentaba a la novena jornada con un punto en su casillero y ocupando un farolillo rojo que no abandona a pesar de su empate de ayer en tierras albaceteñas. No conoce el triunfo y además es el equipo más goleado del grupo junto con el Écija. Ambos han visto perforadas las mallas de sus respectivas porterías en 17 ocasiones, una más que un Sanluqueño que sin embargo logró sumar 12 puntos para estar en una situación algo más tranquila.
De hecho, el filial no sabía lo que era sumar desde la segunda jornada, en la que sacó un meritorio empate del estadio de los Juegos del Mediterráneo ante el Almería B. Se da la circunstancia, por cierto, que los dos puntos que sumaron los blanquiverdes vinieron en duelos lejos de su campo, al principio El Arcángel y desde el último que jugó como local El Carpio. El club entendió que era necesaria una reacción, un cambio urgente de rumbo y destituyó a Pepe Puche para colocar en el banco a José Antonio Romero. Por el momento, parece que la decisión no fue desacertada, pues se estrenó el nuevo técnico con un empate que ponía fin a una racha de seis derrotas seguidas. Quizá sea pronto para hablar de reacción, pero el empate cosechado en La Roda puede ser el punto de inflexión que buscaba un Córdoba B que espera iniciar una nueva etapa en la que la victoria no sea un imposible. El espejo en que mirarse es el Lucena.
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