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Los recuerdos de melancolía de López Silva en El Arcángel

López Silva, en su etapa en el Córdoba CF

Capaz de hacer globos sin aire. De levitar sobre el barro cuando cualquiera se hundiría. De ser un pájaro sin alas que permite a su equipo volar. José María López Silva, mientras el Córdoba lucha por no bajar a Segunda RFEF -cuarta categoría-, es un recuerdo del que el aficionado cordobesista medio no quiere bajarse. El próximo domingo, será la cabeza visible de un Tamaraceite que visitará por primera vez en su historia El Arcángel y que, a la vez y si se dan otros resultados, puede ser el verdugo blanquiverde y mandar al Córdoba a un punto del sistema de divisiones donde no está desde 1984. Ya lo demostró en la ida, por lo que gran parte de las posibilidades del equipo grancanario pasa por las botas del onubense.

Su llegada a la disciplina cordobesa en 2011 condujo a algo de controversia, pues provenía del Cádiz, que militaba entonces en Segunda División B, junto a Carlos Caballero; el extremo ahora de 38 años, además, con números no demasiado boyantes como para el proyecto del Córdoba, que ambicionaba unos play off de ascenso a Primera con sólo dos años de vigencia. A pesar de los condicionantes, López Silva fue pieza indispensable de aquel equipo dirigido Paco Jémez, que incluyó al onubense junto a piezas como Alberto García, Gaspar, Borja García, Charles o López Garai. Se alcanzó la fase de ascenso en la última jornada ante el Celta de Vigo, un encuentro de “no, cuelga tú” sin ocasiones de por medio. Más tarde, el Valladolid, en el José Zorrilla, aplicó su dominio y acabó ascendiendo, para lágrimas de toda la plantilla del Córdoba.

López Silva nunca fue un atacante goleador, pero sus tantos como blanquiverde casi siempre fueron de bella factura. Bien es recordado su primer tanto en El Arcángel. Era la jornada 14 y el Alcorcón era el visitante en El Arcángel. En un 2-1 apretado en el marcador sobre pasando el minuto 80 de juego. El césped se había convertido en un lodazal tras un día pasado por agua sobre la capital cordobesa, pero es algo que no le importó. El '19' recogió un balón llovido del cielo -nunca mejor dicho-, lo cosió al pie, tiró un caño a Agus en la frontal del área y picó el esférico desde la media luna. Manu Herrera no alcanzó a rozar con los dedos y el balón entró mansamente. Su carta de presentación goleadora, inmejorable.

A la temporada siguiente también anotó 4 dianas, donde destaca una por encima de todas. Un gol que sólo ven pocos en el mundo del fútbol. Fue en la 2012-13, donde la eliminación a la Real Sociedad en Copa y la visita del Barcelona fue lo más destacado de una temporada sin objetivos ambiciosos en el último tramo del curso. El Córdoba recibía al Murcia en enero de esa campaña y López Silva partió como suplente. Salió tras la hora de juego por Dubarbier y su momento llegó cuando todo estaba decidido, con 4-0 en el marcador y llegando al minuto 90. Pedro Sánchez puso un centro desde la derecha que despejó Molinero al lateral del área. Allí la recogió López Silva, que imaginó un globo hacia portería y entró. Gol sin importancia en el resultado, pero como un recuerdo imborrable.

En la siguiente, fue pieza prácticamente intocable para los entrenadores, tanto para Pablo Villa como para Albert Ferrer. De hecho, el de Huelva fue titular en el Estadio Gran Canaria en el ascenso a Primera División. No participó de facto en la jugada del gol de Uli Dávila -ya saben, de Pelayo a Raúl Bravo, de ahí a Barbosa y luego, al mexicano-, pero su labor desde el extremo izquierdo fue vital para que el Córdoba llegara donde llegara en el momento justo. Una nueva temporada brillante del atacante blanquiverde intocable a pesar de la competencia que pudiera haber en su puesto. Además, pudo disfrutar del regreso del Córdoba a la máxima categoría en el Santiago Bernabéu, donde el cuadro dirigido por el 'Chapi' cayó con honores contra el Real Madrid. López Silva, además, hizo lo que siempre supo hacer ante Arbeloa, que jugó aquella tarde de lateral derecho.

Fue uno de los que se quedó tras el descenso a Segunda y, además, tras la irrupción fulgurante de Fidel Chaves en su posición, cayó más en el ostracismo en esa 2015-16 con José Luis Oltra al mando. Su último partido como cordobesista fue una derrota: en marzo de 2016 ante el Alavés de José Bordalás (1-2). Como suele pasar en la disciplina cordobesista, muchos genios incomprendidos suelen salir por la puerta de atrás, sin tener en cuenta el espectáculo dado -que es por lo que realmente la gente guarda cola en taquillas-. Fue el caso de José María López Silva, que volverá al Arcángel queriendo demostrar los retazos de calidad que hicieron levantar a la gente de sus asientos no tantos años atrás.

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