ANÁLISIS CÓRDOBA CF

— SEGUNDA DIVISIÓN

Los datos no engañan: el Córdoba CF, una máquina de generar fútbol con la pólvora mojada

Si el fútbol fuera boxeo y se decidiera a los puntos, el Córdoba Club de Fútbol estaría, probablemente, peleando por el liderato de la Segunda División. Al cierre del primer tercio de competición, con el equipo octavo y con 20 puntos, los datos avanzados destapan una realidad que va más allá de la clasificación: el equipo de Iván Ania -no es una sorpresa- es una máquina de generar fútbol a la que solo le falta calibrar la mira telescópica. Los números dibujan a un equipo valiente, agresivo y vertical, pero lastrado por una falta de contundencia en el área rival que le impide tener una puntuación mucho mayor. Una imagen, clarividente y cristalina, que se reflejó sin ir más lejos en el último partido de los califas ante el Deportivo de La Coruña.

La identidad que Iván Ania ha imprimido al equipo es innegable y las estadísticas lo refrendan: el Córdoba CF es el equipo más intenso de la categoría, sometiendo a los rivales a un estrés alto, tal y como reconoció el propio Antonio Hidalgo en la rueda de prensa del partido del domingo. No es una forma de hablar. Los blanquiverdes son líderes absolutos en entradas con un promedio de 21,2 por partido, superando a equipos rocosos como el Valladolid o la Cultural. El Córdoba CF no espera; va a morder, y lo hace en todo el campo.

Pero esa agresividad defensiva se complementa con una verticalidad ofensiva única. El conjunto califa es también el número 1 de la liga en regates completados, con 9,6 por encuentro. El descaro de jugadores como Carracedo, Jacobo, Dalisson o incluso un Adri Fuentes destapado, convierte al cuadro blanquiverde en el equipo con más desborde de la competición, superando al Andorra (segundo con 9,5) o al propio Dépor de Yeremay (quinto con 8,8).

Generar mucho, concretar poco

Pero, si el equipo recupera más que nadie y regatea más que nadie, ¿por qué no está más arriba? La respuesta está, una vez más, en las áreas, en la definición. El Córdoba CF es el tercer equipo de la liga que más dispara, con 14,6 tiros por partido, solo por detrás de dos 'cocos' de la categoría como Almería y Valladolid. Además, le gusta ser protagonista, siendo el cuarto equipo con mayor posesión de balón (54,3%). Sin ir más lejos, este pasado domingo acumuló un sorprendente 62% de la posesión -el cuarto que más de la jornada-, superando a un Dépor que, de media, suele oscilar en tonro al 50% de la misma.

Sin embargo, la estadística más dolorosa, y la que explica los empates frustrantes o derrotas como la del Dépor, es la de las ocasiones claras falladas. El Córdoba CF es el tercer equipo que más perdona de toda la Segunda División, acumulando ya 26 ocasiones claras erradas. Solo Valladolid y Leganés han desperdiciado más. Si a eso le sumamos los 6 balones estrellados en los palos, el diagnóstico es claro: el equipo genera volumen de juego para estar en ascenso directo, pero su efectividad (19 goles a favor) no hace justicia a su producción.

La gran reacción: mejora en intensidad y fe

Pese a la frustración de la falta de gol, el mérito del cuerpo técnico es haber mantenido la competitividad. El gráfico de evolución es demoledor: el Córdoba CF es, con diferencia, el equipo que más ha mejorado su rendimiento en el segundo tramo de este inicio, tal y como ya se comentó en estas líneas. Si en las primeras 7 jornadas sumó solo 6 puntos (-4 de diferencia de goles), en las últimas 7 jornadas ha sumado 14 puntos (+4 de diferencia). Esa mejora de +8 puntos entre un tramo y otro es la más alta de la categoría, muy por encima de la reacción de equipos como el Granada (+5) o Las Palmas (+4).

Así, se cierra un primer tercio de liga que deja ilusión a raudales, un sabor agridulce por el potencial del equipo, pero también un poso de esperanza. El Córdoba CF no es un equipo que sobreviva de milagro; es un equipo que domina el juego, tiene el balón, recupera rápido y desborda como nadie. Los datos gritan que el “si nos dejan, estaremos arriba” de Ania no es un farol. Si el equipo logra reducir esas 26 ocasiones falladas y mantener su intensidad defensiva, el techo de este Córdoba es mucho más alto que la simple permanencia.