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Diego Bri reclama su hueco en el Córdoba CF
La derrota del Córdoba Club de Fútbol del pasado domingo ante el RC Deportivo de La Coruña da pie a muchas lecturas. Más allá de la polémica, la reacción de la grada cristalizó un momento de comunión total con una plantilla que ya ha demostrado, por activa y por pasiva, que no sabe lo que es rendirse. Y si hay alguien que canalizó ese fuego interno, esa rebeldía, esas ganas de reivindicarse y esa capacidad de reacción, ese fue Diego Bri. El autor del tanto milagroso en Málaga que supuso el empate a dos en inferioridad numérica también dispuso de minutos contra el Dépor, y el extremo ilicitano lo aprovechó.
Y es que cabe recordar que la temporada no comenzó como esperaba el atacante zurdo. Tras una buena pretemporada en la que dejó grandes sensaciones y esperanzas en la grada, una lesión en la espalda antes del inicio de competición le privó de entrar en dinámica junto con el resto de sus compañeros. Tras sentarse en el banquillo de El Molinón, Bri se perdió el duelo ante Las Palmas y, con estas molestias, tuvo que esperar hasta la visita a Andorra para sumar sus primeros minutos de competición. Saltó al terreno de juego en el 60 con el marcador 2-1, pero no pudo hacer nada para evitar la derrota califa.
Pero, poco a poco, el extremo ha ido llamando a la puerta de Iván Ania para hacerse con un hueco, al menos, en la rotación del equipo. Los minutos finales ante Zaragoza y Cultural no le sirvieron para reivindicarse, pero sí que fue de lo poco salvable de la debacle blanquiverde en Cieza. El extremo fue uno de los que más lo intentó, rozó el gol y, aunque no pudo evitar la eliminación del Córdoba CF a manos de un equipo de Tercera RFEF, sí que hizo méritos para que Ania lo tuviera en cuenta. Tanto es así que, tras dos partidos ligueros en el banquillo sin tiempo, el técnico asturiano le volvió a dar minutos en el duelo posterior ante el Ceuta.
El héroe de los últimos minutos
Pero habría que esperar hasta el partido en Málaga para finalmente ver su eclosión. Aún lejos del nivel que se le presupone -llegaba como uno de los jugadores más destacados de Primera RFEF-, Bri tuvo el acierto de poner la bota donde tocaba en los instantes finales, con el Córdoba CF buscando el empate a tumba abierta, sin red y con un jugador menos. Saltó al terreno de juego en el minuto 80, apenas tocó 4 balones en los minutos de los que dispuso, pero, tras ser ganador de duelos, en la jugada más importante del partido, se tiró con fe al suelo, a un balón que ni siquiera vio salir, para hacer saltar el delirio en la zona visitante de La Rosaleda.
Lo relevante, eso sí, es que ese gol parece haberle dado alas al ilicitano. Ania, con el partido cuesta arriba tras el gol de Quagliata el pasado domingo, decidió darle entrada en el minuto 66 de partido, relevando a Théo Zidane y moviendo a Jacobo a la mediapunta. El efecto fue inmediato: apenas un minuto después, una gran jugada de Carlos Isaac acabó con centro raso del lateral y gol del Córdoba CF. No fue Bri -aunque así se cantó en El Arcángel-, sino que se lo introdujo Noubi en propia portería. Pero, si no llega a tocarla el defensor herculino, el '5' blanquiverde hubiese sumado su segundo tanto, puesto que entraba con todo en el segundo palo junto con el propio Noubi.
Más allá del gol, lo cierto es que Diego Bri le dio un soplo de aire fresco al equipo desde la izquierda. Con la confianza del tanto, Diego Bri se echó el peso de su carril a la espalda -jugó por momentos, incluso, como carrilero zurdo ante la expulsión de Rubén Alves-, y fue decisivo en el embotellamiento califa al Dépor. Con 22 toques, puso 3 centros (de 3) de manera acertada, firmó un 83% de precisión en pases, y fue, sobre todo, un peligro constante con sus centros. De sus botas salió la más clara, la de Sintes, que pudo suponer el empate. Sea como fuere, el '5' cordobesista sigue quemando etapas y, ante las dudas que arrastra la banda izquierda en los últimos duelos, se plantea como una opción clara, manifiesta y fresca para ese costado izquierdo en Los Cármenes.
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