El caso Bijimine: con la puerta entreabierta

Avanzan los primeros días tras una larga temporada. Una semana cero para el curso venidero en la que todas las miradas apuntan, sin excepción alguna, a los despachos. La afición aguarda el lanzamiento de la nueva campaña de abonados, pero mucho más los movimientos del club en el mercado de fichajes. Porque es ahí donde debe cimentar el Córdoba su proyecto y, por ende, la fidelidad de sus seguidores. Es en la configuración de la plantilla que dirigirá Luis Miguel Carrión en la 2017-18 donde recae casi toda la atención por tanto, un aspecto en el que son diversos los deberes. Por un lado, la dirección de fútbol trabaja para sellar las renovaciones de Aguza -ya atada-, Javi Lara y Bíttolo. Por otro, continúa su sondeo para reforzar el equipo. Además, la entidad ha de resolver qué sucede con algunos futbolistas que cuentan con contrato. Claro ejemplo es el de Jonathan Bijimine, que tiene la puerta entreabierta a pesar de seguir con su vinculación hasta junio de 2019. El franco congoleño, que fuera una decidida apuesta del conjunto blanquiverde el pasado verano, en el que dio el salto al primer equipo, es hoy por hoy un jugador en el limbo.

El caso Bijimine tiene un punto de partida claramente marcado. Ése no es otro que el accidente de tráfico que sufriera en febrero. Aquel incidente no sólo ocasionó que el futbolista, después de una desconcertante citación con la selección de la República Democrática del Congo, estuviera un mes en el dique seco y se viera obligado a pedir disculpas públicas. Del mismo modo, generó, además de la lógica sanción, una gran desconfianza por parte de Luis Miguel Carrión y del propio club. Desde entonces, tras su recuperación, no disputó un solo minuto más. De hecho, apenas formó parte de tres convocatorias del preparador catalán a partir de marzo. El futbolista quedó fuera de los planes del técnico y comenzó a aventurarse su oscuro porvenir en el Córdoba. Una delicada situación que no lo fue únicamente por el malestar existente en la entidad califal sino por la postura del zaguero. El defensa barajó ya tiempo atrás su salida como la probable mejor opción para su futuro. Sin embargo, le restan dos temporadas más de contrato después de que renovara en verano de 2016.

Tiene el franco congoleño vinculación con el Córdoba hasta la campaña 2018-19, un hecho que en este caso, como en otros, no asegura su continuidad. El defensa recaló en El Arcángel antes del curso 2014-15. Entonces firmó para integrarse en el filial, que en esa campaña militó en Segunda B. Tras el descenso del segundo equipo califal surgió la duda en torno a su futuro, y lo cierto es que continuó y participó del ascenso del B a la categoría de bronce. Fue en un ejercicio, el pasado, en la que ya tuvo presencia en el primer conjunto blanquiverde. Obtuvo la confianza de José Luis Oltra y jugó ocho encuentros en Segunda A. El club le tenía en ese tiempo, y en adelante hasta febrero de este año, como uno de sus más interesantes valores. También en el apartado de posible venta. De tal manera optó por su renovación por tres temporadas como activo ya de la plantilla principal.

Si bien no disputó su primer encuentro -salvo tres minutos ante el Tenerife en la fecha inaugural del campeonato- hasta quinta jornada, las circunstancias hicieron que el franco congoleño pasara a ser una pieza fija en el once de Oltra y posteriormente en el de Carrión. La lesión de Deivid le abrió el camino hacia la titularidad. Pero tras el cambio de año todo cambió. Bijimine acudió a una concentración con Congo para su posible citación para la Copa África, una circunstancia que finalmente no se dio. En febrero, después de varios partidos en los que descendió notablemente sus prestaciones, tuvo un accidente de tráfico que le llevó a estar de baja indeterminada. Duró un mes, pero nunca volvió a contar con oportunidades para pisar el verde. Carrión retiró su confianza al futbolista, a pesar de que públicamente afirmó lo contrario, y también lo hizo el club, que desde ese momento pensó en darle salida este verano. El jugador, por su parte, también barajó ya entonces abandonar la disciplina blanquiverde. Ahora su situación es una de las que debe solventar el club, que le mantiene al zaguero la puerta entreabierta.