Nunca ha estado en la élite, pero esta disciplina en la provincia de Córdoba guarda una profunda y muy fiel tradición, en gran medida edificada gracias al empeño, la pasión y el esfuerzo de miles y miles de personas en todo el territorio. Y hay un rincón que históricamente ha sido una referencia, principalmente en la Campiña Sur. Montilla es, por derecho propio, una de las grandes cunas del baloncesto base cordobés. Una entidad que guarda en su memoria un largo historial de éxitos y un arduo camino recorrido a base de infinidad de horas de trabajo, y sobre todo, de formación. Este 2024 se cumplen 40 años de vida del Club Baloncesto Montilla, uno de los equipos con más solera de la provincia, ya que en estas cuatro décadas han sido miles los jugadores y jugadoras que han defendido los colores azul y blanco del conjunto vinícola, fundado allá por 1984, pese a que la afición a la canasta en el municipio venía de más atrás.
Un recorrido cargado de vaivenes, de olas de emoción y también caídas al infierno. Desde su primera incursión en provincial, la entidad ha pasado por muchas de las categorías del baloncesto español, tales como Primera Andaluza, Segunda División, Liga EBA y Nacional 1 en la época más reciente, cuando la crisis afectó de lleno a un club que, durante la primera década de los 2000, fue la gran referencia de todo el baloncesto cordobés, logrando ciertos hitos que aún se mantienen a día de hoy. Algunos de los mejores entrenadores de la provincia, tales como Rafa Sanz, Antonio Bioque o Rafa Gomáriz, han pasado por dicha institución, así como muchos jugadores que, a la postre, acabarían siendo profesionales en lo más alto. Sin embargo, el valor de la cantera ha tenido siempre un peso mayúsculo en el club montillano.
“En los últimos años hemos ido recuperando poco a poco diversas categorías inferiores”, resalta Florencio Ramos, actual presidente del CB Montilla, quien destaca el crecimiento que ha vuelto a vivir el club en los últimos años, después de verse afectado duramente por la pandemia. “A día de hoy tenemos diez equipos, con algunos duplicados como el cadete y el infantil, y aspiramos a que haya más niños y niñas”, subraya el dirigente, quien a su vez incide en que “la cantera para Montilla siempre ha sido importante y siempre ha triunfado, pues ha sido determinante tener jugadores en cantera que en un momento dado pudieran dar el salto al primer equipo”.
De esas primeras generaciones históricas lideradas por los Rafa Jordano, Juli Cabanillas, Miguel Ángel López, los hermanos Manolo y Chico Lara o Antonio Garrido, a las posteriores nacidas a mediados y finales de los 90, que años más tarde se convertirían en las mejores temporadas históricas del club a nivel formativo. Y es que hubo un tiempo en el que la entidad, por méritos propios y talento local, se acostumbró a convivir en la élite de la provincia, acumulando multitud de campeonatos cordobeses y era muy constante su presencia en los torneos autonómicos.
A día de hoy, el CB Montilla cuenta con cerca de 150 niños y niñas, de los que la inmensa mayoría compiten federados. Para David Gómez, entrenador del equipo mini y senior femeninos, la cantera “es lo más importante”, pues “la base de todo y los mayores éxitos han llegado cuando hemos tenido una cantera buena, tanto en el masculino como en el femenino”. El club, con la excepción del júnior, cuenta con varios equipos en todas las categorías masculinas, mientras que la femenina es una de sus asignaturas pendientes. “Estamos mejor que otros años, pero hay que seguir mejorando. Tenemos un grupo bueno en mini e infantil, y debe ser la base para continuar creciendo hasta que lleguen a senior, que el actual está conformado de jugadoras que han pasado casi todas por las bases del club”, resalta Gómez.
Sea como sea, “lo más importante es que se lo pasen bien, divertirse. Unir competición con diversión, muchas veces es difícil, pero siempre hay que procurar que se lo pasen bien”, puntualiza el técnico montillano. Así las cosas, el CB Montilla culmina un entrenamiento más con la misma pasión de hace 40 años, con la experiencia del camino recorrido y la salud brotando de nuevo. Una entidad que ha vivido en la cresta de la ola y se ha llevado también duros golpes. Y de todo ha sobrevivido, pues da igual quién estuvo, quién está y quién estará. El club está por encima de todo. Valor añejo con talentos renovados en una entidad familiar y con sello propio. La que da ser cuna de infinidad de sueños entre canastas.
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