El Arcángel y la necesidad más allá del romanticismo
El Córdoba se marca el desafío de recuperar la solidez en su estadio para homologar su candidatura al ascenso | Ante el Alcorcón se abre la posibilidad de un 'récord'
Ganar dos veces seguidas en El Arcángel. Nada más que eso. Parece un desafío asequible, pero para el Córdoba viene siendo una quimera desde hace demasiado tiempo. El lastre pesa en los números pero, sobre todo, en el ánimo colectivo del cordobesismo. Con dedos de una mano se cuentan las victorias oficiales que el equipo ha conseguido ante su público desde el comienzo del año pasado hasta hoy. Entre el 1 de enero de 2014 y el 23 de agosto de 2015, el cuadro blanquiverde salió con la sonrisa completa de su hogar en cinco ocasiones. Fue ante el Recreativo de Huelva, Alcorcón y Real Madrid Castilla, en la Liga 13-14 en Segunda, y contra el Granada, el pasado día de Reyes, en Primera División. Cuatro triunfos ligueros en casi veinte meses. El quinto fue en la jornada uno de la Liga 15-16, de nuevo en Segunda, ante el Real Valladolid (1-0).
Paradójicamente, en la temporada del ascenso, el club logró superar sus mediocres números como anfitrión con una espectacular racha como visitante al mando de Albert Ferrer y conseguir el billete a la elite después de más de cuatro décadas. En el curso pasado, ni en un lado ni en otro. El Córdoba únicamente ganó una vez como local y firmó, de largo, los peores registros de sus sesenta años de historia en El Arcángel. Rehabilitarse ante su afición es uno de los retos más claros para la Liga 15-16. Más allá de cuestiones sentimentales, lo necesita de modo vital para homologar su condición de aspirante al ascenso.
Si vence al Alcorcón, el Córdoba habrá logrado encadenar dos victorias oficiales en casa. En medio, un episodio frustrante en Butarque que nadie quiere recordar. Después de pasar el “luto pertinente”, en palabras de Oltra, el equipo se ha juramentado para recuperar la imagen –y el resultado– que ofreció en el debut del curso frente al Pucela. De las penas del pasado, saben poco o nada el técnico –ya lo llegó a decir en una rueda de prensa– y los jugadores actuales, que acaban de desembarcar. Quienes sí llevan en sus alforjas sentimentales mucho sufrimiento son los seguidores. Ellos sí saben lo que pasó y desean un cambio radical.
Con su debut triunfal ante el Valladolid, el Córdoba puso fin a un puñado de rachas horrorosas. Llevaba 20 partidos oficiales sin ganar, 10 sin victorias como local y nueve derrotas seguidas en El Arcángel. Después de tragar toda esa quina, ¿quién puede culpar al cordobesismo de creer que entró al paraíso con el gol de Fidel? Aquel 1-0 que supo a bendición ha sido la referencia durante los últimos días. El mismo Oltra ha colocado como meta del equipo repetir lo que hizo ante el Valladolid. Mañana, contra el Alcorcón, el Córdoba busca su segunda victoria consecutiva en casa tras más de veinte meses. Un récord para empezar a crecer.
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